Aún se oían alejándose los gritos de dolor de Dobby, que ya había doblado la esquina del corredor.
-¿Qué piensas hacer?- pregunto Alice confundida al ver a Harry se quitándose un zapato,
-Algo que espero que funcione- respondió mientras se quita un calcetín y lo metio dentro del diario
Luego se pusieron a correr por el oscuro corredor. Los alcanzaron al pie de las escaleras.
-Señor Malfoy -dijo jadeando y patinando al detenerse-, tengo algo para usted.
Y le puso a Lucius Malfoy en la mano el calcetín maloliente.
-¿Qué diablos...?
El señor Malfoy extrajo el diario del calcetín, tiró éste al suelo y luego pasó la vista, furioso, del diario a Harry.
-Harry Potter, vas a terminar como tus padres uno de estos días -dijo bajando la voz-. También ellos eran unos idiotas entrometidos. -Y se volvió para irse-. Ven, Dobby. ¡He dicho que vengas!
Pero Dobby no se movió. Sostenía el calcetín sucio y embarrado de Harry, contemplándolo como si fuera un tesoro de valor incalculable.
-Mi amo le ha dado a Dobby un calcetín -dijo el elfo asombrado-. Mi amo se lo ha dado a Dobby.
-¿Qué? -escupió el señor Malfoy-. ¿Qué has dicho?
-Dobby tiene un calcetín -dijo Dobby aún sin poder creérselo-. Mi amo lo tiró, y Dobby lo cogió, y ahora Dobby... Dobby es libre.
Alice sonríe al entender el plan de Harry, Lucius Malfoy se quedó de piedra, mirando al elfo. Luego embistió a Harry.
-¡Por tu culpa he perdido a mi criado, mocoso!
Pero Dobby gritó:
-¡Usted no hará daño a Harry Potter ni a su novia!
Alice se sonroja y se oyó un fuerte golpe, y el señor Malfoy cayó de espaldas. Bajó las escaleras de tres en tres y aterrizó hecho una masa de arrugas. Se levantó, lívido, y sacó la varita, pero Dobby le levantó un dedo amenazador.
-Usted se va a ir ahora -dijo con fiereza, señalando al señor Malfoy-. Usted no tocará a Harry Potter. Váyase ahora mismo.
Lucius Malfoy no tuvo elección. Dirigiéndoles una última mirada de odio, se cubrió por completo con la capa y salió apresuradamente.
-¡Harry Potter ha liberado a Dobby! -chilló el elfo, mirando a Harry. La luz de la luna se reflejaba, a través de una ventana cercana, en sus ojos esféricos-. ¡Harry Potter ha liberado a Dobby!
-Es lo menos que podía hacer, Dobby -dijo Harry, sonriendo-. Pero prométame que no volverá a intentar salvarme la vida.
Una sonrisa amplia, con todos los dientes a la vista, cruzó la fea cara cetrina del elfo.
-Sólo tengo una pregunta, Dobby -dijo Harry, mientras Dobby se ponía el calcetín de Harry con manos temblorosas-. Usted me dijo que esto no tenía nada que ver con El-que-no-debe-ser-nombrado, ¿recuerda? Bueno...
-Era una pista, señor -dijo Dobby, con los ojos muy abiertos, como si resultara obvio-. Dobby le daba una pista. Antes de que cambiara de nombre, el Señor Tenebroso podía ser nombrado tranquilamente, ¿se da cuenta?
-Bien -dijo Harry con voz débil-. Será mejor que me vaya. Hay un banquete, y mi amiga Hermione y Evie ya estarán recobradas...
Dobby le echó los brazos a Harry en la cintura y lo abrazó con fuerza.
-¡Harry Potter es mucho más grande de lo que Dobby suponía! - sollozó-. ¡Adiós, Harry Potter!
Y dando un sonoro chasquido, Dobby desapareció.
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Alice y la Cámara de los Secretos
Teen FictionAlice regresa a Hogwarts junto con sus amigos para cursar otro año, pero se encontraran con una gran amenaza que pone en peligro a todos en el colegio, en especial a los hijos de muggles. No importa que tan peligroso sea, ella jamas abandonara a su...