La casualidad de querer quererte

10. Me confundes con tantas cosas

- ¿Por qué dejaste tus cosas ayer en la oficina? – le alcanzó sus objetos personales que estaban guardados en una bolsa gris - ¿Pasó algo malo?

- No nada – agarró sus cosas sin poder mirar su rostro, se sentía extraña – solo se me olvidó que las dejé aquí...

- Sí que eres extraña y una chica muy distraída – Diego se sentó en su silla – hablando de distraídas... sé que ayer no teníamos más trabajo pendiente, pero eso no quiere decir que te puedas ir como si nada, tienes que avisarme antes

- Tú si tenías trabajo pendiente ¿No? – dijo en voz baja, lo suficiente como para ser escuchada

- Sí, pero fue gratificante terminar

¿Se refería a que había sido gratificante tener relaciones sexuales con Sandra o se refería que era gratificante terminar con los pendientes del trabajo? ¿Por qué tenía que malinterpretar todo? Pero más que eso, maldecía ser tan entrometida, en todo metía su narizota. La mañana fue extrañamente tranquila, tan tranquila que le era incómodo. Por un lado, Diego al parecer había olvidado la pelea que habían tenido por Liam y por otro lado, Sandra no entraba a la oficina, solo estaba distante, como si fuera un día normal. Un día muy raro para ser normal.

- Cómo sea – volvió a decir Diego – mi padre vio tu trabajo, nos dio unas recomendaciones y correcciones, pero en líneas generales dice que es un buen caso

- ¿En verdad? – estaba feliz

- Sí, no tiene dudas en que este caso nos será muy bueno, incluso me comentó que tú podrías presentarlo, te lo iba a comentar ayer, pero te fuiste como si nada

- ¿Yo lo puedo presentar? – dijo emocionada

- ¿Eres sorda? – se reía por ser su reacción - tú puedes presentarlo, es una gran tarea, pero no hay duda en que eso te dará un valor adicional

- Eso me pone un poco nerviosa

- Te lo iba a explicar ayer, pero me terminé preocupando

- ¿Preocupado?

- Pues sí, no es normal en ti irte como si nada – miró su agenda y escritorio – pero se me hace más extraño no tener reuniones o trabajos pendientes...

- Bueno es natural que tengamos más tiempo libre si acabamos con todo a tiempo

- Es verdad, en eso tengo que darte las gracias, tu trabajo eficiente me ayuda mucho a terminar las cosas a tiempo – comenzó a mirar su celular – no es que sea lento, pero yo suelo demorarme mucho en tomar apuntes, en leer y buscar códigos, tú eres de mucha ayuda en eso

- ¿Sandra no lo ayuda en eso?

- No, ella me ayuda en otras cosas

¿En qué cosas? "Maldito Diego, todo lo que dices tiene doble sentido" pensaba frustrada Sabina, pero más que tener tiempo para pensar en por qué se sentía frustrada, tomó unos momentos para reflexionar y tratar de entender el motivo por el cual le molestaba tanto a verlos visto ayer de esa forma. Pensó que a lo mejor era por un tema de ética y moral, aunque no puede dar certeza de ello, ya que las relaciones sexuales de una pareja no son de su problema. Entonces ¿Era porque estaban en el trabajo haciendo eso? Tampoco encontraba sentido en estar molesta por ello, ya que no era su oficina, eso tendría más sentido si era Diego el que estuviera viendo un acto de esa naturaleza. Si no era por esas razones, entonces ¿Por qué demonios estaba indignada? sería por que justo era él, pensó ¿Por qué era justo él quién hacía aquello? O porque aquel acto parecía más como un servicio sexual, no como una entrega por amor y eso la enfermaba.