FRIENDS || RYEJI

1

No somos amigas, nunca lo hemos sido. 

—¿Yeji? —llamó una de sus compañeras dando un par de toques en su hombro—. Comenzamos en seis minutos, empieza a estirar.

—Si si, lo siento. —se había pasado los quince minutos -que se supone eran para estirar- mirando a todos lados, manteniendo la guardia, esperando para que un cuerpo intentara abrazarla, pero nada pasó.

¿Cómo pudo ser tan tonta? De seguro algún grupo de chicos encontró su número en recepción y le jugaron una broma. Soltó un suspiro, molesta por haber perdido tiempo importante en una cosa tan absurda, tomó aire y empezó a estirar.

Uno, dos. Uno, dos. La parte superior de su cuerpo empezó a subir y bajar, estaba levantándose con los brazos extendidos, y volvía a bajar de igual manera hasta tocar las puntas de sus pies, repitió los movimientos unas diez veces, de repente, unas pequeñas manos al rededor de la cintura le impidieron bajar, tomándola por sorpresa.

—¡Sorpresa!

La pelinegra gritó al escuchar esa voz cerca de ella, fue un corto pero muy ruidoso grito que llamo la atención de las demás.

—Qué, ¿Quién eres? —la más grande levantó su brazo derecho para ver quien se encontraba tras ella, sin embargo, un rostro asomándose debajo de este le facilito el trabajo.

—Hola —una pequeña pelinegra le sonrió sin apartar la mirada de la suya, y sin dejar de abrazarla—. En verdad eres bonita unnie.

—T-Tu, ¿Tu fuiste quien me envió esos mensajes? —la contraría asintió e inmediatamente una sensación de alivio llegó a Yeji, sonrío con la intención de charlar con ella pero alguien las interrumpió.

—Ryujin, Yeji, dejen de jugar, es hora de ensayar.

—¿Te llamas Ryujin? —recibió un "mhm" como respuesta y por alguna razón sonrió— Un gusto, Ryujin.

Después de dos horas aprendiendo, repitiendo y memorizando diferentes pasos de baile, la practica había llegado a su fin, al menos para Yeji, su compañera de cuarto se quedaba con otras compañeras a tocar instrumentos.

Empezó a buscar a Ryujin con la mirada por toda la habitación mientras guardaba su toalla y una botella con agua en su mochila, pero al parecer se había ido. Soltó un suspiro, en verdad le había agradado y no sabía cuando la volvería a ver. Se despidió de su amiga, colgó la mochila sobre sus hombros y salió de ahí. 

El puchero en sus labios se transformó inmediatamente en una sonrisa al ver a la chica que la había abrazo fuera de la sala de practicas, estaba llenando un termo con agua de la máquina que ahí había.

—¡Ryujin!

—¿Qué? —la más pequeña se giró molesta y con la voz demasiado ronca—. Ah, Yeji —carraspeó intentado que su voz no sonara tan grave—, lo siento, no sabía que eras tu.

—Está bien, ¿Tienes sed? Me sobró un poco de agua —la mayor no dejó responder a la contraria y en unos pocos segundos ya estaba sosteniendo su botella frente a ella. La pequeña la aceptó y se bebió todo de golpe.

—Muchas gracias, siempre estás ahí para salvarme. —bromeó la menor.

—No es nada —guardó de nuevo su botella, al levantar la vista vió como Ryujin se alejaba, pero ella no quería que se fuera aún—. ¡Ryujin! —la mencionada volteó de nuevo. Mierda, ¿Porque hiciste eso?, pensó, ¿Ahora que le digo? Piensa Hwang, piensa—. Tu...¡Tu también eres muy linda! —fue lo único que atinó a decir, ¿O en verdad quería decirlo?

La menor se sonrojó, por lo que le habían dicho, y porque el grito de Yeji había llamado la atención de las personas cerca de ella. Ryujin agitó su mano despidiéndose de la chica con una sonrisa, y ella le correspondió. Definitivamente serán buenas amigas.