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Una pareja de jóvenes se dirigían a la oficina de su jefe, una de ellas lista para dar una respuesta y otra de ellas deseando que el pasillo se hiciera más y más largo para nunca llegar. Deseo que desgraciadamente no se hizo realidad.

-Bien, llegamos -la mayor juntó sus manos detrás de su espalda-. ¿Te veré más tarde?

Su amiga solo inclinó la cabeza regalandole una sonrisa falsa.

-Te amo Yeddeong. -fué lo único que le respondió Ryujin y luego la abrazó.

Te amo.

Ryujin la amaba, ¿De verdad lo hacía?, ¿Era solo algo que dijo como despedida?, ¿Desde hace cuanto la ama?

Lo más importante, ¿Ella amaba a Ryujin?

-¿Yeji?

La voz de Jisu sacó a la mencionada de sus pensamientos, ¿Era esta una oportunidad o una prueba?

-¿Estás bien? -pregunto esta vez en frente de la mayor, quien tenía rastros de haber estado llorando por todo el rostro-. ¿Es ella, cierto?

De nada iba a servir mentir, Jisu podía no conocerla completamente pero no era tonta. Que se lo esperara no significaba que no doliera.

-Jisu, per-

-No hagas esto triste porque no lo es, al menos no para ti.

-Lo siento. -la castaña no sabía que más decir, se sentía una basura por hacer sentir mal a dos mujeres solo por su inseguridad.

-Yo también, pero esto no es el fin del mundo, solo fue un mes -la menor tomó aire intentando controlar el nudo en su garganta-. Uno muy lindo...Pero pasará, no renunciaré estando tan cerca, y no dejarás que Ryujin lo haga. ¿De acuerdo?

Yeji solo asintió, no podía si quiera verla a la cara. Ni si quiera cuando sintió las manos de Jisu en sus hombros ni el beso que le dió en la mejilla.

-Entra ahí y evita que haga una tontería.

La castaña no supo cuanto tiempo estuvo de pie, viendo a la nada, pero cuando recobró la conciencia se dió cuenta que era la única en ese pasillo.

Maldición.

-Que no sea momentáneo, que no sea momentáneo...-susurró, tomó aire, y sin tocar abrió la puerta encontrándose con Ryujin apunto de firmar unos papeles. En verdad iba a dejarla.

Pero ella no lo haría, no cometería el mismo error dos veces.

-Necesito hablar con Ryujin, por favor.

-Cinco minutos. -sentenció su jefe saliendo de la oficina.

-¿Qué pasa? -la menor intentó ponerse de pie pero Yeji lo impidió hincandose frente a ella y tomando sus manos-. Yeji-

-Yo también te amo. Y te amaré siempre. Quiero verte todos los días, quiero que me beses cada que no sepas cómo callarme, que me tomes la mano, que no me dejes dormir cuando tengas insomnio y que me obligues a hacerlo cuando sea muy tarde, quiero acompañarte a ver a los patos aunque me asusten, quiero darte un beso de buenas noches y uno de buenos días...

A estas alturas ambas se encontraban llorando, de nuevo, la castaña apretaba las manos de su compañera y Ryujin mordía su labio intentando ahogar sus sollozos.

-...Pero no quiero obligarte a nada -continuó la mayor-. Te quedes o no te amaré. Incondicionalmente.

-Tu estás con-

-¡Olvídate de ella por un momento! -interrumpió Yeji-. No te estoy pidiendo formalidades, Ryujin. No ahora, solo quiero una oportunidad.

-Tiempo. -interrumpió su jefe entrando cuando aún ni si quiera habían pasado tres minutos.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2021 ⏰

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