FRIENDS || RYEJI

3

Podría tomar el camino alternativo pero tus ojos me conducirían directo de vuelta a casa,

Hoy era Domingo por la noche y Ryujin se encontraba en la habitación de Yeji, no quería volver a la suya, pues su antigua compañera de cuarto había renunciado y pasarían a otra chica ahí. Cada vez que la mayor intentaba hablar con la intención de darle animos y decirle que todo estaría bien, la pelinegra metía un trozo de mandarina a su boca para callarla.

Ahora se encontraban en la cama de la litera, Yeji veía su teléfono, viendo un concierto de Taylor Swift, mientras que Ryujin estaba acurrucada junto a ella, la menor no estaba prestando atención al aparato, le bastaba con escuchar.

—Esa me gusta. —murmuró en el cuello de la castaña al oír como una nueva canción empezaba, sonrió al ver como se encogía por las cosquillas que eso había causado.

—A mi también. —susurró sin apartar la mirada del teléfono.

La pelinegra movió su cabeza de donde estaba para darle un beso a Yeji, está sonrió cuando sintió el toque en su mejilla y la atrajo más hacia ella. Ambas habían hablado sobre los besos en el camino al edificio de los dormitorios después de haber alimentado a aquel patito.

—Unnie...

—¿Mhm?

—¿No te molesta que te de besos? —la mayor rió, Ryujin podía llegar a ser muy tierna a veces— ¡No te rias! 

—¡Lo siento lo siento! —la más alta se acercó para abrazarla mientras caminaban—. Claro que no me molesta Ryujinnie, son cosas que las amigas hacen.

—¿De verdad? —obtuvo otro "mhm" y una mordida en su mejilla como respuesta— ¡No! ¿Porque me muerdes?

—¡Es que eres tan tierna! —La castaña sonrió al ver como los ojitos de Ryujin brillaban y, sin poder contenerse, beso su mejilla de nuevo para seguir con su camino.

—Unnie...—la voz de la pelinegra la sacó de aquel recuerdo.

—Ryujin, no no no—la castaña dió leves golpes en la mejilla de la contraria al ver que se estaba quedando dormida. Esta solo gruñó con las cejas fruncidas y le dió un manotazo—. ¡Ay! ¿Cómo te dormiste si hay música a todo volumen?

—Tu cuello huele a mandarina, me relajé. —murmuró.

—Ryujin, Chaer viene hoy.

—Ella lo entenderá...—la menor apenas y podía hablar, en verdad se estaba quedando dormida.

—¡Pero estamos en su ca-

Ryujin en un rápido movimiento tomó el rostro de la contraria en sus manos, y sin que lo esperara, besó sus labios con tal de callarla, fue un brusco pero largo toque. Yeji no hizo más que aceptarlo, no iba a mentir, se sentía bien.

—Ella entenderá, ¿De acuerdo? —la castaña asintió repetidas veces, aún sin poder procesar lo que acaba de pasar. Para cuándo quiso decir algo, su amiga ya se encontraba plácidamente dormida junto a ella.

Esa noche Yeji fingió dormir cuando Chaer entró a la habitación, también fingió cuando escucho la risa de su compañera de cuarto y como les tomaba una foto.