party;

192 40 18
                                    

BamBam nunca había amado en su vida, nunca había sentido su pecho desbordar en emoción, nunca una sonrisa idiota había aparecido en sus labios, ni nunca había sentido la necesidad de decir aquel conjunto de palabras.

Quizá un par de veces había dicho 'te amo', pero siempre había sido dirigido a sus padres, a su familia, a gente lo suficientemente cercana.

Nunca lo decía en público o porque se sentía presionado a hacerlo, justo como ahora.

La fiesta política de los padres de JinYoung estaba a mitad de la celebración, no entendía cómo se había visto atrapado en una situación parecida, regalando sonrisas falsas a gente que ni siquiera conocía. Nunca había tenido por tanto tiempo a JinYoung cerca de él, nunca había tenido una sensación de estar ahogándose.

Gente de lado a lado que lo hacía sentir que necesitaba aire; usualmente era bueno manejando aquellas situaciones, podía manejar a un gran número de personas, solo que ahora no podía lidiar con todo y todos.

La gente paseándose por aquella gran casa parecida a una mansión, un lugar de elite en el que BamBam siempre podía pasar con elegancia y la atención necesaria. Solo que en ese momento sentía que estaba siendo tan falso a sí mismo y a sus principios.

—¿Estás bien? —la voz gruesa pero baja chocó contra su oído.

—Yo... sí

—Luces un poco desorientado. —habló su esposo, mirando con preocupación a Kunpimook.

—No es nada. —aseguró.

Permitió que la mano de JinYoung sostuviera su cintura, como si de un momento a otro ello era normal, como si su mano le fuese a dar alguna especie de fuerza.

—Jinyoung, ven aquí. —escucharon ambos la voz del padre del mencionado.

JinYoung apretó suavemente su cintura, como si con ello le dijera que no quería ir, que prefería quedarse a su lado.

—Ve. —habló suavemente.

—Pero...

—Estaré bien —sonrió—, siempre batallo con mucha gente, no será la excepción ahora.

Hizo una mueca en respuesta, pero finalmente cedió, dejando la sensación de su mano en su cintura.

No estaba siendo su mejor momento, no entendía por qué, siempre manejaba todo con audacia, con un poco de hipocresía y una sonrisa lo suficientemente convencida.

Aunque debía admitirlo, sentía un poco de miedo ir a un ambiente donde debía decir que era el esposo del hijo de unos políticos más importantes del país. Sentía que debía dar el doble de sí, no quería que JinYoung terminase con una imagen horrible por su culpa, debía saludar y ser amable, ser el esposo perfecto para su compañero de vida.

Su teléfono sonó, sonrió a los que estaban a su alrededor, y se alejó un poco para poder mirar la pantalla, leyendo el mensaje que había recibido del trabajo.

Se escondió, en un lugar que pareciera lo más alejado de todo, claro sin meterse a un lugar del todo prohibido. La casa de aquellos políticos de verdad lo mareaba, con ese color pasto combinándose con dorado y un azul opaco con el techo color blanco, era un tanto, bastante fuera de sus gustos.

La casa de JinYoung por su lado, era totalmente su estilo, con un estilo simple entre grises, blancos y negros, creando un ambiente perfecto, era cómodo y nada ostentoso como los gustos de sus padres.

Frunció el ceño al leer con mejor claridad el mensaje, era la respuesta del primer borrador de la línea de ropa que le solicitaron, no era lo que deseaba leer.

RAMÉ; jinbamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora