good boy;

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Como una canción de primavera, sutil y romántica, brillante, llena de aquellos ruidos hermosos que la hacían única; así se sentía JaeBeom, sobre una nube, más cuando se trataba acerca de Mark.

Su mente no estaba siempre sobre él, pero cuando pensaba en su novio una felicidad indescriptible inundaba su pecho.

Abrazó a Tuan, aferrándose a su cuerpo pequeño y delgado, permitiendo que el menor se acurrucara más a su pecho desnudo.

—¿Trabajarás hoy?— escuchó la voz ronca de Tuan.

—Siempre trabajo.— bromeó por debajo, acurrucándose más.

Su novio no era muy expresivo, ni muy parlanchín, las palabras y cariño siempre las brindaba Lim, como si estuviera preparado para ello, como si hubiese sido un acuerdo entre los dos. A ninguno le molestaba, se complementaban en silencio; por fuera ambos lucían secos y distantes, pero cuando nadie más los miraba sus corazones parecían conectar y los sentimientos aflorar.

—Eso lo sé.— remilgó.

—Que seas un afortunado ingeniero en sistemas y puedas trabajar en casa cuando gustes no es un privilegio de todos.— recalcó el menor de los dos, causando que su contrario soltase una risa ronca, de aquella que no necesitas abrir los labios.

—Tú también tienes privilegios Lim.

—¿Quieres que haga abuso de ellos hoy?

—Sí.

A JaeBeom le pareció curioso que su novio le pidiese un poco de tiempo de la nada, Mark siempre lo planeaba todo, como un reloj puntual, le gustaba tener todo organizado, sí tenía ganas de salir o no hacer nada, incluso, eso lo organizaba detalladamente.

Quizá tenía una sorpresa para él, ir a algún parque y pasar la tarde juntos leyendo o algo parecido. Ambos amaban ese tipo de días, donde lo pasaban juntos, no tenían que decir mucho y sabían que se tenían el uno al otro.

Sus ojos miraron a los del contrario, sonrió y besó su mejilla de manera ruidosa causando que el mayor soltase una risa como la de un infante. JaeBeom amaba esas risas llenas de vida, tan dulces, y alegres, lo hacían sentir vivo, sentía que la vida valía la pena.

—Debo hacer algunas compras, así que después podemos pasarlo juntos.

Mark a ojos de su novio solo podía tener dos modos durante el día, que se resumían a ser como un niño pequeño o ser demasiado serio, claro, que siempre había destellos de diferentes actitudes, pero para Lim era más practico que simplemente compactaba sus aristas en dos grandes grupos; cuando bromeaba era lindo, cuando se enojaba era serio, cuando hacía gestos extraños era lindo, así con cada actitud que poseía el mayor.

Asintió a los planes de Tuan, estaba totalmente de acuerdo.

Pasarlo juntos era su pasatiempo favorito, a pesar de los años, siempre parecía como la primera vez, como aquellos meses de inicio, todo reluciente y brillante. Mark y él se conocían de años, si quería ser un poco más preciso cerca de ocho años, no eran completos extraños cuando comenzaron a salir, habían sido amigos antes de que JaeBeom tomase el primer paso y le confesara sus sentimientos, resultando que estos eran correspondidos.

La mañana fue tranquila, desayunaron juntos, Lim pidió permiso para faltar al trabajo y estuvo el rato con su novio, admirándole, como siempre lo hacía cuando tenía tiempo de hacerlo.

—¿Tengo algo? —preguntó con una sonrisa un poco egocéntrica.

—Deberías. —respondió.

Mark frunció el ceño, sin saber exactamente a lo que se refería hasta que sintió los labios de su novio sobre los suyos haciéndolo sonreír, acompañándolo de su risa melódica.

RAMÉ; jinbamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora