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lo sentimos, el número que intenta marcar no está disponible o está fuera del área de servicio.

JinYoung colgó, no sabía cuántas veces llevaba y en cada una de las llamadas BamBam no atendía.

Estaba afuera del edificio dónde trabajaba, llevaba cerca de veinte minutos ahí afuera, mirando a cada una de las personas que salían del lugar, incluso se topó a Mark, preguntando por su esposo, pero este ni una mínima pista tenía, lo cual le causaba cierta ansiedad, ¿Estará con sus amigos?

—¿Aún estará aquí o mejor regreso a casa y espero a que llegue? —se dijo en voz alta.

Resopló y tomó la decisión de mirar alrededor del lugar, quizá podría verlo, o encontrar a alguien que supiera de su ausencia para sentirse más relajado.

Dio unos pasos adelante sin muchas expectativas, revisaría en la lista de entradas y salidas si Kunpimook ya no estaba, así podría ir más tranquilo a casa.

El no tener ni siquiera disponible su número lo hacía sentir ansioso de la situación, ¿Estaba enojado con él? ¿Por qué no respondía su número?

Apenas dio un par de pasos adelante algo llamó su atención, alguien llevaba cargando a una persona, por lo usual le restaría importancia al asunto, pero por la velocidad de la persona que caminaba supo que se trataba de una emergencia.

No dudo en acercarse, en un par de segundos los pasos tranquilos y amistosos comenzaron a volverse más ansiosos y rápidos. Conocía a la persona que cargaba al susodicho y para cuando estuvo más cerca supo que también conocía al afectado.

Jackson miró a JinYoung, no le dio ni una sola explicación, ni un amistoso saludo, con esa minúscula interacción se dio prisa para ayudarlo y poder subir al auto a BamBam y llevarlo al hospital.

El amigo de Kunpimook estaba molesto, furioso, pero al mismo tiempo aliviado, porque pudo salvarlo y que el incidente no llegara a una peor situación.

JinYoung por su lado tenía muchas dudas que una a una se formaba como una bola de nieve, creciendo y creciendo, pero que no podía externar por la principal preocupación que era llevar a su esposo a un hospital.

Mil y un formas de accidentes se formaban en su mente, que lo llegaban a irritar, hasta el punto de demostrarlo en su forma de conducir, incluso gritando a uno que otro conductor que molestaba en su camino.

El silencio siguió entre ellos dos incluso si llegaron al hospital y ya estaba bajo revisión, ninguno estaba dispuesto a hablar, no hasta que les dijeran la situación actual del susodicho.

El olor a medicamentos y detergente, los azulejos blancos y las paredes del mismo color solo añadía cierta ansiedad a la situación, además del ambiente en general que se sentía por otros familiares en la espera de alguna respuesta, al igual que ese par de hombres que lo único en común que tenían era el hombre hospitalizado.

—¿Familiar de Kunpimook Bhuwakul?

El castaño saltó del asiento rojo del hospital, seguido de Wang, mirando ambos a la enfermera que llamó.

—Soy su esposo.

La mujer le miró un poco y asintió.

—La situación del paciente en general es buena —anunció—, no tendrá que pasar la noche aquí, pero debido a los hematomas de su cuerpo, no hay huesos rotos, pero sería mejor que se tome unos días de descanso, no movimientos bruscos o sorpresas repentinas puede sentirse en shock, en cuanto despierte pueden ir a casa, y si presenta algún malestar vienen aquí para que le hagamos un seguimiento.

Asintió ante las pocas indicaciones.

La mujer repitió su acción y se despidió con una reverencia.

RAMÉ; jinbamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora