love makes u a fool;;

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JinYoung se preocupaba por todos, de la misma manera que lo había llegado a hacer con él.

Ayudaba a la mujer de otro departamento, cargando sus bolsas de la tienda.

Era temprano, un fin de semana, Park solía salir a correr constantemente por las mañanas. BamBam usualmente no se levantaba a esa hora, menos para salir a correr con el frío que llegaba a sentir, prefería quedarse arropado con las sábanas hasta las once de la mañana, o si por alguna razón se levantaba antes, abrigarse y tomar un café sumamente caliente.

Hoy había sido un día totalmente distinto, Kunpimook se animó a salir a correr al lado de su esposo, lo cual, al inicio había sido una gran idea, pero después de un par de calles no pudo seguirle el paso, dejando que el mayor se adelantara un par de pasos, por no decir que tenían un par de metros de distancia.

El castaño, como últimamente sucedía, actuaba por el mero impulso, y fue más su deseo de estar a su lado que mero deseo propio de ejercitarse lo que lo llevó a ir junto a Park.

Para cuando pudo alcanzar los pasos de su mayor lo encontró ayudando a una de sus vecinas, con una sonrisa amable, al tiempo que la escuchaba atentamente.

BamBam no se sentía molesto, ni celoso, pero sí un poco decepcionado. Sabía bien que JinYoung era amable con las personas, pero alguna parte egoísta de sí deseaba que solo fuese así con él.

Eliminaba siempre rápidamente esa idea, porque las acciones de Park hablaban bien de él como persona, además, el susodicho no tenía ninguna razón más allá de conocerlo para preocuparse por él.

Decidió adelantar el paso y regresar a casa, sabía que esperar por él sería un proceso largo y hasta cierto punto, fastidioso, aquella mujer siempre decía y hablaba muchas cosas sin sentido.

Recordaba perfectamente la vez que lo interceptó de camino al departamento, luciendo amable y amigable, pero después de un par de minutos, criticando levemente sus gustos, haciendo hincapié que debía buscar una mujer, realmente no estaba siendo directa, y no tenía energía para callarla, además, no le hacía daño a nadie, así que solo lo tomó como una alarma para no hablarle más.

Entró, siendo recibido por un ruido bastante conocido. El teléfono de su esposo sonaba una y otra vez, esperando ansioso a ser respondido.

Lo había dejado sobre la mesita de la sala, Kunpimook no estaba seguro de acercarse y mirar, pero de cualquier modo lo hizo.

La pantalla brillaba, con el nombre de la señora Park adornándola. Hizo una mueca, ¿Era correcto responder el teléfono? ¿Debía dejar que se perdiera la llamada?

La pregunta que se balanceaba en la moral fue dejada de lado para finalmente tomar el aparato para responder y decir: ¡Hola señora, es un gusto oírla después de mucho!

YuGyeom sonrió, como un completo bobo y enamorado, dando saltitos de felicidad, dirigiéndose rápidamente a su habitación.

—¡Espera por mí! —le gritó a su novio—. Estaré listo en un par de minutos.

Jackson por su lado, estaba sentado en la sala, como en las últimas semanas de su vida, no salía mucho y se quedaba en aquel departamento que parecía lentamente ajustarse a él. Miró con cuidado, aquel tipo, por primera vez esperaba afuera del departamento y no sobre aquella molesta motocicleta.

Aún tenía en la mente que ese tipo había dejado plantado a Kim, aquel día que vieron su película favorita, Wang sabía perfectamente que la amaba, él, por su lado no la consideraba ni de cerca un buen filme, pero había logrado que dejara de parecer perro abandonado con aquel simple detalle.

RAMÉ; jinbamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora