CAPITULO 12

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Tomo mi celular para ver quien me lo quiere quemar y... no era su nombre lo que esperaba.

Tengo mil mensajes de mi jefe diciendome que abra la puerta que está afuera.

Salgo disparada a la puerta y está con la cara seria.

-Haga silencio.

-Estaban haciendo un trío o algo parecido? - mis mejillas se tornan rojas

-Noooo

Camino hasta mi habitación con el detrás, cuando cierro la puerta me toma por el cuello, toma mis manos y las pone por encima de mi cabeza - ¿Te tocaste?

-No - miento.

Deshace el nudo de mi toalla haciendo que caiga a mis pies, mete su mano y toca mi humedad - te daré otra oportunidad ¿ te tocaste? - trago duro.

-Si.. Señor - susurro.

-Es muy evidente el rojo en tu mejillas y tus pupilas dilatadas, yo te dije que no tendrías liberación.

No quiero responderle

Se desviste y yo entro a mi armario a ponerme una pijama

-Quiero que duermas así - volteo a verlo y ya esta en la cama solo en bóxer con las manos tras la cabeza.

-Como quiera - me acosté al otro lado de la cama dándole la espalda.

Mi pezones rozan con la tela haciendo que me exite más.
(..)

Quería sentir a mi jefe pero el no se preocupó por tocarme en toda la noche.

Sigue dormido a mi lado con su semblante serio - niego sonriendo - este hombre hasta soñando esta serio.

Le levantó sigilosamente entró al baño lavo mi cara y cepillo mis dientes, salgo de la habitación para preparar el desayuno y encuentro a Luisa en la cocina.

-Debes estar muy feliz amiga mía - dije para molestarla y sus cachetes se tornaron rojos.

-Callate

-Si.. Ahh...ahhh... - imite sus gemidos para molestarla más.

-O te callas o que tiro este cucharon caliente - amenazoy comence a reír bajito para que no se despertaran los hombres que duermen plácidamente en las habitaciones.

Tomo los ingredientes para hacer unos huevos con tocino, tostadas y jugo de naranja para mi jefe y para mí.

-¿Por qué haces tanto?

-Es para mí jefe.

-Ahhh...¿espera que?

-Si durmió aquí, por que no quería que me tocará, ayer me dejó sin liberación - Luisa me queda mirando incrédula.

-¿Como es que no me di cuenta?

-Que esperabas si estabas Ahh.. no pares Stefan, ahhh, Dios! - imitó su voz haciendo que ría y salga de la cocina pra llevarle el desayuno.

-Ay Dios, que vergüenza con el jefe.

Siempre supe que Stefan y Luisa estarían juntos de nuevo, me alegra mucho que me halla encontrado esa noche.

Terminó el desayuno y lo ubico en una bandeja para llevarlo a mi habitación.

Abro la puerta y veo que mi jefe sigue dormido son las 6 de la mañana por lo que tengo tiempo de arreglarme.

-Jefe - susurro para despertarlo y lo muevo un poco pero no se despierta - Jefe - repito pero sigue sin moverse.

Parece una piedra.

Un contrato con mi jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora