CAPUTILO 8

540 16 0
                                    

El fin de semana se basó en ver películas pedir delivery.

Hoy es domingo y con Luisa tenemos pensado ver películas toda la tarde eh ir a ver algún espectáculo nocturno.

No he podido sacar de mi cabeza como será el castigo que me tiene pronosticado mi querido jefe como tampoco su mano repasando cada parte de mi cuerpo.

Siento nervios cada vez que recuerdo lo que paso en esa habitación, como va a ser su reacción.

Llegamos a un lugar abierto donde van a presentar un espectáculo el cual no le he prestado atención a la introducción porque toda está en el hombre que acaba de entrar de la mano de una mujer.

Siento como una oleada de tristeza me atraviesa al verlo tan sonriente de la mano de otra mujer.

Me obligo a mí misma a no llorar y disfrutar de la noche.

¿Soy estúpida o qué?

No ando por ahí sintiéndome mal por bobadas.

Acostarte con él no fue una bobada - recrimina mi subconsciente.

No pues no ayudes tanto, si para el no significó nada para mí tampoco.

De vez en cuando miraba de reojo a mi jefe y la mujer con la que vino

- voy al baño - le hice saber a Luisa

Camino hasta los baños que están un poco alejados de donde se proyecta la función.

Entró a la caja metálica y suelto todo lo que hace un momento retenía bajo la taza y salgo para lavar mis manos.

-Hace mucho no te veía, sigues igual de chiquita, creo que ya perdí las esperanzas de que crezcas - reconozco esa vos de inmediato y volteo rápidamente.

-¡Stefan! - grito para llegar hasta él y colgarme de su cuello enrollando mis pies en su cadera - tenía mucho tiempo sin verte, ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido? ¿Qué ha sido de tu vida sin mí? - pregunto tan rápido que me quedó sin aire a lo que él ríe - lo sé aburridora, no tienes que recordarme que soy la luz de tu vida - escucho como ríe más fuerte.

-También te extrañé enana - dijo bajando me y dejando beso en mi frente.

Stefan fue mi vecino antes de mudarse de New York. Íbamos al mismo instituto, somos amigos de cuna, su madre es una mujer Chocoana muy hermosa, sus padres se conocieron en unas vacaciones donde su padre viajó a la región pacifica a conocer, cuando estaba a punto de dar a luz pidió que su hijo naciera en el Chocó por lo que viajaron a dar a luz a Stefan.

-¿Quien dice que yo te extrañé? - pregunte arrogante y me fulmino con la mirada. -Pensé que nunca te volvería a ver - hice un puchero.

-Deja de hacer así, te ves horrible - dijo burlándose de mí y ahora soy yo quien lo fulmina con la mirada.

-Idiota.

-Por Dios niña, te voy a lavar la boca con bastante detergente - abre los ojos haciéndose el indignado provocando que los dos riamos.

- ¿Viniste con alguien? - pregunté subiéndome a su espalda.

-La verdad es que no, sólo te vi en el camino, me pareciste conocida y te seguí hasta aquí.

- ¿¡Por Dios cuando te convertiste en un acosador!? - grite haciéndome la asombrada.

-Deja la lora idiota y camina.

-ok vamos, Luisa está ahí - señale los asientos donde estaba hace un momento con mi mejor amiga.

Stefan se detiene rápidamente.

Un contrato con mi jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora