CAPITULO 7

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Después de cenar todos empiezan conversaciones triviales hasta que mi antiguo jefe pide atención llamando a su hijo a su lado.

Hoy quiero cederle mis bienes a mi primogénito – le remueve el cabello haciéndolo bufar y todos reímos – William Zaid Garkameus Martínez será el nuevo dueño de todas mis empresas, apoyo en el mi confianza porque ninguno de mis otros hijos está interesado en el negocio familiar – voltea su atención a su hijo que se mantiene serio – al igual que tus hermanos eres mi orgullo, sé que lo harás bien incluso mejor que yo, a pesar de ser un grano en el culo cuando te lo propones y tener el carácter de tu abuelo sé la capacidad que tienes para hacer crecer este imperio por lo que no tuve que ponerte a prueba – Todos vuelven a reír y William pone su mano en la frente tapándose la cara de la vergüenza.

William toma el micrófono - agradezco y felicito a todos de antemano por su excelente desempeño laboral, espero todo siga con la perfección que hemos venido manteniendo y trabajemos hombro a hombro y cogidos de la mano como una familia. Sin más que decir espero disfruten la velada.

Se encamina a la mesa donde me encuentro y se ubica a mi lado.

-Felicidades, lo hiciste bien – lo alago

-Lo se – me responde airoso.

-Idiota – ruedo lo ojos, se acerca a mi oído y susurra – un gesto y un insulto, espero lleves la cuenta porque todas tendrán castigos – me presiona la pierna haciéndome estremecer.

-No te tengo miedo – susurro de vuelta.

-Deberías, me encanta cuando me tuteas – me sonrojo

¡¡Por Dios, hace calor aquí!!

-Y cuando te sonrojas – susurra de nuevo

Me tapo ambas mejillas con las manos

-Pueden dejar sus apegos para después de la fiesta – Luisa reprocha bufando y reímos

-¿Quieres que te llame a Andrés para que no te sientas sola? – pregunta William subiendo sus cejas frenéticamente y yo frunzo el ceño mientras la susodicha se pone como un tomatito.

-Jefeee – reprocha Luisa y la acuso con la mirada – no sé de qué habla – se hace la desentendida.

-Si quieres te recuerdo lo que vi...

-Está bien, está bien, está bien no es necesario – ríe nerviosa

Hago un intento de levantarme, pero mi jefe me detiene poniendo la mano en mi pierna – ¿a dónde vas? – pregunta entre dientes – a usted que le importa – respondo y me presiona mas la pierna provocando que haga una mueca de dolor– si no me dices no te mueves – sentencia

¿Y este que se cree?.

-Suélteme si no quiere me orine aquí.

- ¿Te cuesta decir que vas al baño?

-No tengo por qué darle explicaciones señor – me mira por unos segundos a los ojos y mis nervios se hacen presente.

Tomo mi cartera y entro al baño de damas, lavo mis manos y mi cara, me retoco el maquillaje cuando doy la vuelta para salir veo una silueta muy conocida.

- ¿No me diga que venía a revisar si de verdad estoy en el baño?

- ¿Qué comes que adivinas? – sonríe travieso y se acerca hasta donde me encuentro – tengo unas malditas ganas de follarte aquí... - le tapo la boca rápidamente.

-Puede haber alguien aquí adentro – digo separándome un poco de el controlando la respiración agitada que tengo gracias a ese momento – no hay nadie aquí – me toma nuevamente besándome sin pudor alguno, baja sus manos hasta mis mulos alzándome a la altura de su cintura y caminando hasta el lavamanos haciendo que mi vestido se remangue un poco más arriba de mis caderas, nos separamos por falta de aire y lleva una de sus manos hasta mis bragas bajándolas lentamente mientras me mira con deseo ninguno dice nada. Cuando mis bragas están fuera me besa y da pequeños golpecitos en mi entrepierna haciendo que gima en su boca.

Un contrato con mi jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora