-Kayla levántate que vas a llegar tarde - escucho que grita la amargada de Luisa desde la otra habitación.
Luisa Kurmat es mi mejor amiga, tiene 22 al igual que yo, piel blanca, sonrisa hermosa, cabello liso.
-Te mandaría al infierno, pero, ¿qué culpa tiene el diablo? - respondí de la misma manera mire con amor mi preciosa camita y me levanté con pereza para ducharme y terminar mi rutina mañanera.
- ¿Podrías por una vez dejar de insultarme? - preguntó
-Hazme el desayuno y lo pienso- Respondí llegando a la cocina ya arreglada donde estaba ella preparando un cereal, soltó una carcajada que me contagió.
Me pasó la taza de cereal que acababa de hacer, se preparó una y nos sentamos en la barra de la cocina a desayunar entre risas.
Me despido de ella, tomo mi bolso para salir faltan 30 minutos para mi hora de entrada que es a las 8, maldita Luisa me despertó muy temprano.
-Hoy te espera una sorpresa en tu oficina, disfruta- soltó una pequeña risa y yo fruncí el ceño.
- ¿Pequeña sorpresa? solo espero no sea uno de tus amigos estúpidos, arrogantes y odiosos que solo me quieren follar.
-No, no son mis amigos y no sabía que pensabas así de ellos, aunque pensándolo yo también te follaría mamacita- rompimos en carcajadas
-Déjate de bobadas y dime cual es la dichosa sorpresa.
-Si te lo digo no es sorpresa, ahora vete, puede que te agrade.
-Bien adiós, ya por tu culpa se me hizo tarde, arregla todo que tu no trabajas hoy- dije saliendo del departamento.
Luisa y yo vivimos en un departamento mediano, piso 13, balcones, 4 habitaciones, lo amoblamos a nuestro gusto.
''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''
Llego a la empresa y saludo a el señor Emilio, el portero.
-Hola Emilio ¿cómo estás?
- ¿Hola señorita Kayla, bien gracias y usted?
-Perfectamente- le respondo con una sonrisa amigable.
Como siempre Alexa la recepcionista mirándome como lo peor me sonríe hipócrita mente y le devuelvo la sonrisa-no entiendo que le he hecho a esta mujer, ah si, quitarle su puesto de asistente personal y secretaria de jefe- pienso y me río mientras continuo mi camino a la cafetería para pasar por el café negro de mi querido jefe.
Entro y me consigo con Antonhy el encargado de las finanzas.
-Buenos días Kayla, estas precisa hoy.
-¿Hoy, osea que ayer no?
-Kaayla- alarga mi nombre con una pequeña pataleta- tu siempre matando mis piropos - dice y soltamos una carcajada.
-Tu no te quedas atrás Antonhy estas guapísimo- le respondo con una sonrisa que me devuelve.
-Nos vemos tengo una reunión ahora- se despide con un beso en cada mejilla.
Tomo el café de mi jefe sintiendo el peso de una mirada en mi, no le doy importancia- de seguro son las amigas de Alexa- pienso y continuo mi camino al piso 30 donde se encuentra mi oficina y la de mi jefe.
Doy dos golpes leves a la puerta de la su oficina y abro después de escuchar un "pase". Entro y esta mi jefe de espaladas frente al ventanal y a su lado alguien mas joven, ojos grises, alto, piel blanca, un porte que impone seguridad, huele muy bien.
ESTÁS LEYENDO
Un contrato con mi jefe.
Romance- no leerás? - pregunta rozando mi cuello con su nariz - ¿No me hará sufrir o sí? - su pregunta hace que me sienta insegura aunque no tengo otra opcion. prácticamente me aposte a mi misma - No, no lo haré - asegura y firmo.