Capitulo 9

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Sesshomaru se acercó al amplio descansillo que había al final de las escaleras y abrió una puerta de una habitación.

—Reconoces que Ren es hijo tuyo, ¿verdad? —le preguntó Kikyo nerviosa—. La semana que viene cumple un año y nació antes de tiempo... Tuve un embarazo terrible.

—¿Lo pasaste muy mal?

Sesshomaru encendió las luces de aquel espacioso dormitorio y lo recorrió con la mirada. Kikyo no entendía por qué no habían vuelto al salón, y se lo preguntó.

—Quiero oír a Ren si se despierta —miró a Kikyo fijamente—. Estabas diciendo que el embarazo fue terrible.

—Sí, para empezar, me costó mucho aceptarlo —señaló, mientras se alejaba de él—. Por las mañanas tenía náuseas, que se repetían al mediodía y a la noche, así que continué adelgazando. No podía encontrar trabajo y no podía pagar el alquiler de mi piso, de modo que tuve que mudarme a una habitación. En aquel momento, vivía en un estado permanente de estrés.

Se volvió hacia Sesshomaru. Estaba muy pálido y con todos los músculos en tensión.

—¿Ya tienes bastante? —le preguntó Kikyo.

—No —respondió el con tenacidad.

—Tenía la tensión muy alta y terminaron ingresándome en un hospital porque había peligro de que perdiera al bebé. Así que allí estaba, todo el día tumbada y sin poder hacer nada. Era como una pesadilla. No tenía ninguna privacidad, no tenía visitas, no tenía nada. Sólo estaba yo con mis pensamientos.

—¿Y tu hermana?

—Si conocieras a Kagura como la conozco yo, no habrías tenido ninguna prisa en ponerte en contacto con ella y enfrentarte con tus errores —Kikyo suspiró—. Pero al final, tuve que llamarla porque necesitaba que sacara las cosas de la habitación que había alquilado. La verdad es que se portó de una forma maravillosa conmigo.

—Y yo no quería saber nada de ti.

—Empecé a odiarte estando en esa cama de hospital —admitió Kikyo.

—¿Puedo preguntarte por qué no te pusiste en contacto conmigo? Kikyo apenas podía disimular su indignación.

—¿Después de que me hubieras acusado de estar acosándote?

—Cuando me llamabas al principio, ¿sabías que estabas embarazada?

—No.

Sesshomaru cerró los ojos un instante y se meció sobre sus pies.

—Me he comportado como un canalla. El sábado te enfadaste porque no estaba dispuesto a hablar de aquel artículo. Me dijiste que no era justo y tenías razón. Así que creo que ha llegado el momento de que aclaremos lo ocurrido y no volvamos a hablar sobre ello nunca más.

Invierno CalidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora