BaekHyun abrió mucho los ojos mientras Luhan se escondía tras él para protegerse de la amenaza que ese nombre parecía significar para ellos. El alfa vio repetirse la misma escena del primer día que llegaron a la manada. Luhan pasó los brazos alrededor de la cintura de BaekHyun, las manos apretadas, restregando una contra la otra con nerviosismo.
El primer gesto de BaekHyun fue palmear el bolsillo trasero de sus jeans. Comprobó que su teléfono celular, ese con el que había estado grabando mensajes de voz para su alfa, estuviera aún en su posesión. Las cosas que quería contarle, revelando ese pasado que tanto parecía importarle a Chanyeol, aún no habían sido dichas en su totalidad. Pero ahí estaba su alfa, frente a ellos, con una mirada profundamente triste y preguntando por ese malnacido. Su cerebro, que en ese momento trabajaba a velocidad imposible de medir, le decía que solo había una manera en la que Chanyeol pudiera conocer ese nombre tan odiado: el hombre estaba viniendo por ellos una vez más... una maldita vez más...
El miedo, el terror, la angustia, la desesperación que manó del aura de sus omegas pegó duro en al alfa. Apretó la mandíbula ante el impacto y aguantó como un hombre. Estuvo a nada de perder su autocontrol cuando Luhan empezó a sollozar. No de nuevo, no después que pasó la noche anterior llorando... Chanyeol quería derribar la pared a puñetazos.
BaekHyun sostuvo las manos de Luhan y lo pegó más a su cuerpo, como si quisiera meterlo bajo su piel. Chanyeol creyó que le arrancaban el alma en medio de la sala, viéndolos sostenerse el uno al otro pero a dos malditos metros de distancia de él. Su frustración era tan grande que sintió sus ojos humedecerse. Sin embargo, el alfa pudo recuperar el aliento, la luz brilló nuevamente en la oscuridad de su aflicción y la calma vino a la tormenta de su corazón cuando su omega rebelde, siempre llevando detrás de sí a su dulce omega, dio unos pocos pasos en su dirección y con voz temblorosa le dijo:
- Alfa, protégenos...
Este era el punto de no retorno, ese era el momento que tanto temiera Baek desde que fueron arrastrados en la pasión del alfa y a su amor. Ahora Chanyeol debía mostrar sus cartas y jugar.
- SIEMPRE. - fue la respuesta visceral y tajante del hombre frente a ellos- HASTA EL FINAL DE MIS DÍAS...
BaekHyun leyó en sus ojos esa verdad, y confió... por primera vez en años se dio una segunda oportunidad para creer. Él quería creer. BaekHyun iba a poner su vida y la de Luhan en las manos de su alfa. Chanyeol pudo ver esa resolución en él, BaekHyun se estaba entregando y no venía solo, sino con Luhan quien iba a seguirlo hasta el fin del mundo. El alfa estaba claro de eso, si Baek salía corriendo espantado por el miedo, él nunca más vería a Luhan tampoco. ¡Jamás lo permitiría! ¡Eso sería su muerte! Con los brazos extendidos, dio un paso hacia sus omegas para abrazarlos.
- ¡Chanyeol! ¡Chanyeol!-
Se abrió de un portazo la entrada principal dando acceso a un JongDae que venía como una tromba, azorado y nervioso. No reparó un segundo en la atmósfera actual aunque los olores que irrumpieron en su olfato le dijeron que pasaba algo y muy importante. Pero lo que lo había hecho venir corriendo como desquiciado era crucial por lo que fue directo al amigo y, poniendo una mano en su hombro, soltó todo de a una.
- El anciano Park del Concejo Lobo está llegando.
Oh, si, ganó la atención del Alfa. Los ojos de Chanyeol se dispararon entre sus omegas y Chen maldiciendo en su interior el estar ahora dividido entre dos asuntos urgentes: sus omegas y la manada. El alfa necesitaba saber quién era ese hombre que había llegado al pueblo de Yer y claramente se encaminaba a la manada. Mientras, la visita del anciano Park hacía que un mal presentimiento se clavara en su corazón como una filosa daga.
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Alfa con las manos llenas.
FanfictionChanyeol sabe lo que es el amor de una pareja enlazada, sus padres estaban destinados. Cada noche reza a la Madre Luna por la oportunidad de experimentar un gran amor... La Madre Luna lo escuchó. Saga Lobos de Yer. 1-Conociendo al Lobo. 2-Alfa con...