El lobo cazó con su hocico girones de brisas. Estudió los aromas a su alrededor: todo parecía estar bien. Sin embargo, para un Alfa, "bien" nunca es lo suficientemente bueno. Se alejó del pequeño caserío por uno de los senderos y avanzó por el bosque. Olía a tierra removida y pino verde: su gente. Estaba seguro que el centinela de guardia había pasado por ese camino dos horas atrás, la intensidad de la esencia se lo decía. El animal hizo su carrera hasta el arroyo. Bebió agua. Chequeó el aire nuevamente pues estaba más lejos de las viviendas ahora. Pino verde y estragón: Sehun, su Beta, estaba cerca. Miró el horizonte, una tímida claridad asomaba entre la línea del cielo y los árboles. Hora de regresar a casa.
Volvió todo el camino hasta el cobertizo del señor X en donde había dejado su ropa. Se transformó y se puso sus chándal deportivos y su sudadera con capucha. Enrumbó a casa. "A casa". A donde le esperaban sus omegas. "Sus omegas". Chanyeol no recordaba haber sido tan feliz y, en esa misma medida, estaba comprometido a hacer de su manada un lugar seguro. Sus omegas vivían en la manada.
Cerró la puerta detrás de sí y olió tocino en la sartén, pan en el horno y huevos recién fritos. Pero lo que hizo a su boca salivar fue la voz que, desde la cocina, le dijo:
-Bienvenido a casa, Channie...-
¡Dios, tenía que dejar de babear por su Luhan!
-Ya vuelvo, mi cielo azul.-Una ducha rápida quitó todo rastro de su rutina matutina de ejercicios y supervisión. El alfa se alisó el cabello húmedo con las manos frente al espejo y se quedó mirando su muñeca; no pudo evitar sonreír mientras pasaba sus dedos, una y otra vez, sobre aquellas dos líneas que aparecieron la mañana siguiente de haber reclamado a sus omegas, una de arabescos, la otra imitando las olas del mar. Qué increíble fue esa noche.
Y pensar que estuvo apunto de irse a casa y no reclamarlos ese mismo día. Fue loco y apasionado y caliente y, aunque temió por un momento no saber manejarse bien con los dos, tuvo un montón de sexo con ellos. Tomó a BaekHyun y a Luhan tantas veces que ya no se detenían a limpiarse y amanecieron acartonados con el cuerpo cubierto de semen seco. Chanyeol amó cada segundo.
Pero más amó la sensación en su pecho aquella primera mañana cuando despertó y se vio en medio de la cama acurrucando en cada brazo a una de sus parejas. Luhan dormía boca arriba todo desparramado sobre él con las piernas y brazos abiertos, su sueño era despreocupado y confiado, nada que ver con su escurridiza forma de ser. BaekHyun, sin embargo, se hizo una bolita y se pegó a su costado, acomodándose en el hueco de su brazo como buscando amparo, apoyando la cabeza en su pecho... y babeándolo. Chanyeol nunca fue más feliz. Los apretó contra sí sintiéndose completo y bendecido. Cada uno, a su manera, lo completaba y no los cambiaría por nada de este mundo.
Salió del baño con unos jeans sin ropa interior y una camiseta como atuendo. En silencio volvió a la habitación. Las cortinas cerradas para no dejar pasar el sol. La cama revuelta en un lío de sábanas y edredón. Una pierna asomándose, una almohada abrazada, una mata de cabello negro. Su BaekHyun dormía plácidamente. Fue hasta el lecho y corrió la sábana suavemente para arroparlo mejor. Pero no le gustó esa sábana, estaba dura y manchada de semen. Habían tenido mucha diversión anoche los tres. Fue por otra limpia.
Salió a la sala de estar pero estaba vacía. ¡Ja! Su Luhan iba saltar sobre él. Si que si. En el espaldar del sofá estaban los short crema claro del omega, su remera blanca y sus bóxers. Le darían una sorpresa desnuda. Había sido así desde la primera mañana juntos...
Chanyeol se había movido despacio para no despertarlos después de una noche intensa. Era aún muy temprano pero su costumbre de levantarse en la madrugada lo traicionó. Se fue a duchar. Cuando se disponía a salir, la puerta del baño se abrió y un Luhan semi dormido entró para colarse entre el lavabo y él, sentarse sobre la fría superficie y restregarse contra su piel mientras le extendía sus piernas. Chanyeol obtuvo su mañanero. El alfa se prometió que jamás, nunca jamás, le diría al imbécil de su mejor amigo cuanta razón tenía en proclamar el sexo mañanero como la octava maravilla del mundo. Nop, primero se cortaba la lengua. Luhan era un omega madrugador, por lo que Chanyeol le daba al sexo matutino una cálida acogida en su vida.
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Alfa con las manos llenas.
FanfictionChanyeol sabe lo que es el amor de una pareja enlazada, sus padres estaban destinados. Cada noche reza a la Madre Luna por la oportunidad de experimentar un gran amor... La Madre Luna lo escuchó. Saga Lobos de Yer. 1-Conociendo al Lobo. 2-Alfa con...