"Claro que intenté salir, que no soy idiota, pero dentro del auto había otro sujeto que me mantuvo lejos de la perilla de la puerta. El auto echó a andar y pensé que me daría un ataque al corazón, nunca había latido tan desesperadamente dentro de mi pecho, me vibraban los oídos, todo mi cuerpo temblaba. Se me nubló la vista y creí que sería el final, pero eran solo mis lágrimas. No tengo idea de cuánto tiempo había pasado cuando finalmente nos detuvimos, pudieron haber sido horas o días, no hacía diferencia en realidad. Yo había dejado de llorar, las lágrimas se me fueron secando y creo que de alguna manera, el miedo también... Creo que ese día todo se me secó, lo único que sentía era la necesidad de sobrevivir y algo me decía que para eso, tenía que estar ecuánime, con la cabeza fría, centrado.
Cuando me bajaron estaba muy oscuro y las luces del vehículo alumbraban una casita medio escondida en el bosque y bastante tenebrosa. Era una cortina de humo. El interior estaba arreglado, sin grandes lujos claro, para pasar la noche, era como un lugar de paso que se mantenía "habitable" en su mínima expresión. Me dejaron caer en un destartalado butacón, único mueble que recuerde que tenía la habitación.
Sin dudarlo dos veces, corrí hacia la puerta como si el diablo me estuviera mordiendo el culo. Una vez, dos veces, tres, y en cada oportunidad me agarraron antes de llegar a la puerta. La cuarta vez fui lanzado con tal violencia al butacón que me quedó claro que a mi captor no le hacía ninguna gracia correr tras de mi. Todo el cuerpo me dolía, pero pensar en mi cama y mi suave edredón y mi pijama era un lujo que no podía darme en esos momentos.
Estaba seriamente valorando lanzarme por la única ventana del lugar y correr por el bosque cuando el hombre nauseabundo entró. Y no venía solo, otro hombre de aproximadamente su misma edad lo acompañaba.
-Que bueno que llegaste, Hae-Jin. Este definitivamente tiene sangre de pulga: brinca por todos lados. Estaba a punto de amarrarlo.
Pero, ¿qué esperaban? ¿Qué estuviera feliz?
-Esta no es mi casa y ustedes no son mi familia. ¡Claro que no voy a quedarme aquí!- grité con la poca voz que me quedaba.
El hombre que se presentó a sí mismo como Hae-Jin se acercó a mí. En un reflejo inconsciente, di un paso atrás. ¿Miedo? No es que le tuviera miedo, bueno,... si, un poco,... era que ese hombre tenía algo que activaba todas mis alarmas.
-Esa ya no es tu casa y ellos ya no son tu familia.- fueron sus palabras.
-¿Quién lo dices?- lo miré directo a los ojos y fingí ser duro, pero todo mi cuerpo temblaba, maldito traidor que me dejaba en evidencia.
-Tengo entendido que eres un chico inteligente y estás en tus cinco sentidos, así que no voy a repetirlo dos veces. Entonces, dime, ¿vas a intentar escapar de nuevo?
-¡Si!- dije resuelto con una furia inexplicable creciendo en mi - ¡Siempre! ¡En cada ocasión!
-Bien. Ya lo entendí.- sin dejar de mirarme habló al muchacho que había venido con él - Kang-Joon, tráeme la soga que está en la cajuela del auto...
¿Qué? ¿En serio? No podía creerlo... toda aquella situación se hacía más monstruosa cada vez...
Lo siguiente que recuerdo es despertar en otra habitación pero esta vez era una real. Supuse era la casa de ... alguien. Estaba como entumido, me dolía todo el cuerpo, pero eran mis muñecas y tobillos los más dañados, eran visibles las marcas que el roce de la soga me había hecho. Al final, me ató como había dicho y terminé durmiendo en el suelo, sobre un edredón doblado en dos, amarrado como un cerdo que se prepara para el sacrificio final. Ya a esa altura no sabía qué era ese sentimiento que vibraba en mi: rabia o miedo... cual de los dos más peligrosos si a la ecuación se le suma desesperación y abandono...
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Alfa con las manos llenas.
FanficChanyeol sabe lo que es el amor de una pareja enlazada, sus padres estaban destinados. Cada noche reza a la Madre Luna por la oportunidad de experimentar un gran amor... La Madre Luna lo escuchó. Saga Lobos de Yer. 1-Conociendo al Lobo. 2-Alfa con...