Alfa con las manos llenas.

Cap 15 🌜🌞🌜🌞

Chanyeol leyó por enésima vez aquellos tres informes. Todo estaba bien. ¡Y una mierda! Él tenía clavada en las costillas la sensación de que todo estaba "demasiado bien". No lograba encontrar el detalle, ese algo que sus centinelas dijeran y que pudiera justificar esa molesta intuición. Chanyeol miró el reloj de su muñeca: casi las doce. Así no podía concentrarse. Estaba luchando en vano contra esos resúmenes de vigilancia. Su polla erecta dentro de los jeans se le hacía incómoda y mientras más miraba el reloj más apretada sentía la prenda de vestir. Siendo justo, el problema no eran los documentos o la forma escueta en que los centinelas escribían los puntos que querían que analizara: el problema era él.

Volvió a los resúmenes con firme decisión como alfa responsable. Quizás era solo que el Alfa Jackson había estado muy tranquilo últimamente: sospechoso para alguien que ha hecho de las tierras Park su objetivo. Cualquier persona pensaría que eso era algo bueno; nadie quiere estar mirando por encima de su hombro todo el tiempo. Era solo que Chanyeol no lograba encontrar un sentimiento satisfactorio sobre todo el asunto. Lo único que sacó en claro de los tres informes era la descripción unánime de quietud en el bosque. Imposible. El bosque es un ente vivo, jamás está inmóvil. Sobre ese punto tendría que indagar con sus alfas.

Colocó el lapicero sobre los documentos y respiró profundo para bajarle a sus ansias. Su vista quedó fija en esas dos bandas que adornaban su muñeca. Una sonrisa cálida se dibujó en su rostro. Si, estaba enlazado. Habían pasado quince días pero la presencia de los chicos ya había hecho una rutina en su vida. Aún estaba aprendiendo de ellos como seguro ellos aprendían de él cada día, sin embargo todavía no pasaba el calor del apareamiento y follar estaba en primer orden todo el tiempo.

Volvió a mirar su reloj: menos de un minuto para las doce. Su polla palpitó y su cuerpo se calentó. ¡Dios, necesitaba terminar esos informes! Agudizó el oído. Sintió los pasos tenues y vagos de su omega al caminar por el pasillo. La anticipación hizo estragos en él, su cuerpo tenso, su pene listo. Rápidamente tomó su celular e hizo capturas a los documentos para enviarlos con un "Imbécil, algo huele mal aquí". Listo.

Lo olió frente a su despacho. Miró su reloj: las doce en punto. Puso su mejor cara de hombre trabajador y concentrado. La puerta se abrió.

En el umbral apareció la figura de BaekHyun. El pelo revuelto, los ojos adormilados, la boquita en un puchero mientras intentaba, en vano, ocultar con su mano el bostezo. Llevaba solo una camiseta de Chanyeol que le quedaba a medio muslo y dejaba expuesto su pecho casi completo. Pero Chanyeol solo podía ver la casa de campaña a la altura de su entrepierna. Salivó. Maldición, había estado esperando por eso. Balanceándose, como si fuera a caer dormido en cualquier momento, el omega dio un paso dentro de la habitación.

-Necesito a mi Alfa...- dijo con los ojos semicerrados.

"¡Oh, si, ese era él! ¡Él era su alfa!". Chanyeol quería hacer el baile de la victoria con minifalda y pompones.

-"Buenos días", BaekHyun.- levantó los ojos al omega como el maestro que te pone llegada tarde en el colegio.

Sip, él era un alfa hecho y derecho y no se iba a dejar mangonear por su omega... su delicioso omega que huele a sexo y que aparece frente a él cada día, a la misma hora, como una tentación. Despacio el chico caminó hasta el escritorio y, dando la vuelta, se paró en un costado. Como si espantara moscas, le indicó al alfa que se hiciera para atrás. Chanyeol rodó su sillón. Baek fue hasta él y se le sentó a horcajadas encima. Empujó las caderas sobre la erección de Chanyeol y le dijo:

-Omega necesitado, Alfa dispuesto.

-Se dice "Buenos días", BaekHyun.-

-¿Tienes una obsesión por las palabras o algo?-