Capítulo 19: Conversar.

3.8K 179 12
                                    

De rodillas a sus pies, me encontraba en una incómoda situación, posición que yo provoqué y que merezco sin duda, ¿Celos? Por primera vez los sentí y de la manera más ridícula posible, celé a Isabella, mi mejor amiga, me sentía patética pero el daño ya estaba hecho, no hacía Bella, sé que ella ya me perdonó y seguramente se burla y compadece de mí, el problema lo creé con Armando, veo en sus ojos decepción, enojo y tristeza.

—¿Por qué?

—Amo, yo-

—Te pedí que me hicieras sentir orgulloso de ti, no que me avergonzara ante toda la fiesta.

—Lo sé pero-

—¿Pero? No te he dado permiso de hablar y menos de cuestionar.

—Debo decirle que-

—¡SILENCIO! ¿Es muy difícil comprender?

Estaba asustada, Armando nunca me había gritado así, lo he visto enojado por detalles más grandes que este pero esta noche desconozco su actitud.

—¿Qué derechos te di para esperar tal reacción de tu parte?

Yo no contesté, es cierto, Armando es mi Amo y me duele no poder expresar la ira que sentí.

—¡Contesta! ¿Qué estoy haciendo mal? Tú eres la sumisa Erika, actúa como tal.

 —Lo lamento, perdón, no puedo decir nada, todo es verdad, debo aprender mi lugar —pegué mi frente al suelo extendiendo mis brazos y sin poder evitarlo comencé a llorar.

—¡Erika! —Armando se arrodilló a mi lado e hizo que  observara sus ojos. —Nena, estás bien?

—Azul.

Armando me cargó en sus brazos llevándome a la cama de Fernando y me arropó con una cobija.

—Tú nunca habías pronunciado la palabra de-

–Yo te amo, y agradezco que intentaras que esto funcionara pero 

—¿Pero qué Erika? Tú decidiste ser mi sumisa 24/7, yo tenía más opciones.

—Soy feliz siendo tu sumisa pero lo de hoy me demostró que no soy capaz de controlar mis emociones, no tengo ningún derecho sobre ti y me mata el hecho de saber que en cualquier momento puedes estar con la mujer que desees.

—No Erika, yo debí consultarte antes, no pactamos monogamia de mi parte pero debimos platicarlo.

—Yo no poseo ese derecho.

—Claro que sí, al menos para mí es importante, perdóname Erika, la falta de comunicación puede convertirse en un factor muy peligroso.

—No te disculpes, yo te avergoncé, te falté al respeto, desobedecí órdenes, actué impulsivamente y…

—Basta, fue mi error, eres lo más importante en mi vida, jamás te obligaría a hacer algo que tú no deseas y no se volverá a repetir lo de esta noche, puedo prometértelo.

—Tú tienes todo el derecho de repetirlo cuando quieras, yo simplemente soy tu sumisa.

—¿Simplemente? No sabes lo afortunado que soy por tener tu sumisión, te amo Erika.

Armando me besó lentamente, prolongando el beso, sus labios mojados me tranquilizaron por completo, lentamente me separé de él para poder susurrarle aún cerca de su boca.

—Perdóname, no quise avergonzarte, debí decirte en privado lo que me incomodaba en lugar de reaccionar de esa forma.

—Tú jamás podrás avergonzarme, sin embargo debo castigarte, pudiste lastimar a Isabella, además sabes lo importante que es expresar las incomodidades que surjan.

—Lo sé y lo lamento.

—Lo de esta noche se resolvió conversando, pero no siempre será así, siempre debes informarme cuando estés llegando a tus límites ¿Lo comprendes Erika?

—Sí Amo, aceptaré cualquier castigo que sea necesario.

—Sé que lo harás pero no será ahora, te necesito en perfectas condiciones para la escena de esta noche, no sería justo para Isabella cancelar por tu mal comportamiento.

—¿Desea que me prepare, Señor?

—¿Y negarme el placer de prepararte yo mismo? No lo creo, avisa a Isabela y a Fernando, estaremos listos en una hora.

—Sí, Amo.

Tenía mucho miedo de que Armando cancelara la demostración, disfruto mucho de sesionar con Isabella, y sin duda lo que mi Amo ha preparado será muy emocionante.


Sin dudar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora