Capítulo 3: La firma.

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Erika:

Estaba fascinada, definitivamente quería que aquel hombre se convirtiera en mi Amo, me había platicado lo más relevante de su vida, él tenía 29 años y al parecer era muy exitoso en los negocios, notaba preocupación por mí y eso me tranquilizaba mucho, cuando Mike me habló de Armando, me imaginé un hombre frío y cruel pero la persona que conocí estaba muy lejos de ser así, la atracción que sentí hacia él era tan fuerte que podría atreverme a decir que nuestra relación será la más  importante que podría llegar a tener, sin embargo no podía adelantarme, solo llevamos dos días conociéndonos y nos falta mucho más, aún no sé en la clase de Amo que se convertirá aquel hombre tierno que tengo frente a mí.

—Ya es tarde y la cafetería está a punto de cerrar, vamos a mi casa Erika.

—Sí señor —Tomé mi bolso y nos dirigimos a su automóvil donde ya nos esperaba su chofer, en el camino a su casa no podía dejar de pensar en que pasaría al llegar, estaba tan concentrada que no escuche cuando Armando me preguntó algo.

—Erika ¿Me estás escuchando?

—Mm, perdón señor ¿Podría repetir la pregunta?

—Estás muy distraída —acercó su mano a mi hombro pero instintivamente di un brinquito en mi asiento, Mike se molestaba mucho cuando no le ponía atención y no pude evitar sentir escalofríos cuando Armando se acercó a mí— ¿Acaso me tienes miedo?

—No señor, solo estoy muy nerviosa, no quiero decepcionarlo.

—Mírame a los ojos, necesito saber que no me tienes miedo.

Levante la mirada y me encontré con sus preciosos ojos verdes, inmediatamente baje de nuevo mi cabeza pues su mirada firme logró intimidarme.

—Erika, esto no va a funcionar si me tienes miedo, no puedo ser tu Amo si no confías en mí.

Lo mire a los ojos y él me analizaba como si quisiera leer mis pensamientos —No le tengo miedo señor, solo quiero que todo salga bien esta noche, confío en usted—Me observo unos segundos más y luego me ayudó a bajar del automóvil.

—Entremos a mi casa.

—Señor —Armando se dio la vuelta para poder verme—Perdón por no comportarme de la mejor manera está noche, realmente estoy muy nerviosa.

—No te disculpes pero necesito que te relajes y confíes más en mí ¿De acuerdo?

—Si señor —Entramos a su  casa que más bien parecía una mansión.

—Bienvenida a mi casa Erika.

—Gracias señor

—Te presento a Martha, mi cocinera y ella es Irma, mi ama de llaves.

—Es un placer conocerla señorita—me extendieron la mano y yo correspondí el saludo, después nos dirigimos hacía la biblioteca donde había una pequeña oficina.

—Toma asiento, quiero hacerte una propuesta.

—Lo escucho señor.

—Sé que te había dicho que antes de firmar el contrato, te daría un fin de semana de prueba pero siento una gran atracción entre nosotros y creo que podría funcionar, dime Erika ¿Te gustaría firmar el contrato?

—Sí pero antes me gustaría cambiar uno de mis límites.

—Claro, vamos a ver— Entre los dos ajustamos los puntos en los que no estaba de acuerdo y cambiamos algunos de mis límites, supongo que Mike había hablado sobre ellos con Armando pues estaban muy bien redactados, sin embargo quería probar nuevas cosas, realmente sentía que podía confiar en el señor Fricman —¿Estas lista para firmar preciosa?

—Estoy lista señor —Tomé la pluma y firmé el contrato, a partir de este momento Armando Fricman es mi Amo.

—Ahora debemos aclarar algunas cosas, primero ¿En dónde estás viviendo?

—Con Mike pero espero encontrar un departamento que pueda rentar antes de su partida a Londres.

—¿Por qué no vives conmigo? No tendrías que pagar renta pero estarías aquí como mi sumisa los 7 días de la semana ¿Te gustaría vivir aquí preciosa?

—Sí, me encantaría, en dos semanas regreso a la Universidad ¿No hay problema?

—Por supuesto que no, te explicare las reglas que debes seguir si quieres vivir aquí:

1.- Solo podrás salir a la Universidad, si deseas ir a algún otro sitio deberás pedirme permiso antes.

2.-No  ingerirás bebidas alcohólicas sin mi permiso.

3.-Tienes estrictamente prohibido fumar.

4.-No puedes traer a nadie a mi casa sin avisarme primero.

5.-El horario máximo de llegada es a las 8pm y debes estar dormida máximo a las 10pm, al menos de lunes a viernes.

6.-De lunes a viernes, Martha preparará la comida pero los sábados y domingos esa tarea te corresponde a ti, por las otras tareas del hogar no debes de preocuparte, de eso se encarga Irma.

7.-Si deseas ejercitarte deberás hacerlo en el gimnasio BELETZA, es uno de mis gimnasios favoritos y es el que se encuentra enfrente del parque donde solías correr, definitivamente no podrás regresar a ese parque y menos a correr bajo la lluvia.

8.-No puedes salir de la casa sola, uno de mis hombres te acompañara siempre a la Universidad y a cualquier sitio al que asistas.

¿Tienes automóvil?

—No señor, me traslado en transporte público.

—Ya no más, el lunes te entregaré la camioneta que usaras y te presentaré a tu chofer.

—No es necesario señor, yo puedo-

—¿Me estas contradiciendo Erika?

—No señor pero-

—¿Pero? Será mejor que guardes silencio si no quieres que te castigue el primer día.

—Lo siento señor.

—Ven, te mostraré tu habitación y mañana podrás explorar la casa.

Mi habitación estaba en el segundo piso, era enorme y parecía recién aseada.

—Si necesitas algo no dudes en pedirlo, descansa Erika, espero mi desayuno en la cama a las 7 am.

—Sí señor pero yo creí usted iba a-

—Hoy no, estás muy cansada y tienes muchas cosas que pensar, mañana sesionaremos, lo prometo.

—Gracias señor, por darme una oportunidad.

—Que duermas bien Erika.

Armando se retiró del cuarto dejándome sola, decidí tomar una ducha, mi Amo tenía razón, estaba muy cansada pero no dejaba de pensar en cómo sería mi primera sesión con el señor Fricman.

Después de tomar la ducha me dirigí directo a la cama, mañana sería un día muy interesante.

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Programe el despertador  a las 5 de la mañana para meterme a bañar y preparar el desayuno para mi Amo, preparé la ducha y coloque jabón de espuma, ese día me había despertado con un fuerte dolor de cabeza ya que no había dormido casi nada pues estaba muy preocupada por mi primera sesión con Armando,  decidí tomarme las píldoras para la migraña, el problema con esas pastillas es que me causaban mucho sueño, espero que no interfieran con las actividades de hoy, me sumergí en la tina y baje la intensidad del agua para que siguiera llenándose poco a poco, cerré mis ojos para que la luz no me lastimara debido al punzante dolor que parecía aumentar, tomé el frasco de pastillas y tome otro puñado, no quería que la migraña arruinara los planes del señor Fricman, comencé a sentirme cada vez más cansada, intenté salir de la tina pero la pesadez que sentí era tan grande que pronto me quedé dormida.










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