Ya había pasado un mes desde que me convertí en la sumisa d Armando, las clases habían comenzado y mi tobillo había sanado, me encontraba en el Beletza, hoy tocaba rutina de glúteos y pierna, Armando no estaba con migo pues era muy temprano, yo solía venir aquí cada mañana antes de ir a la Universidad, mi guardaespaldas Daniel, me estaba esperando en el carro, A Daniel, lo contrató Armando, el mismo día que contrató a Lucy y a Marcela, mis enfermeras, me resultaba bastante humillante no poder estar sola en ningún momento pero sabía que Armando no lo hacía con ese propósito, su única intención era cuidarme, aún no estoy muy segura si realmente me creyó cuando le dije que el problema del baño había sido un accidente pero era verdad, no tenía intenciones de atentar contra mi vida, me sentía muy bien con Armando, él conocía cada centímetro de mi cuerpo y sabía la forma precisa para hacerme perder la cordura, conocía mis gestos, mis movimientos y hasta interpretaba cada uno de mis gemidos, identificando el dolor del placer, él era simplemente perfecto, me llevaba al límite en solo segundos pero también sabía cómo alargar la tortura, logrando que la placentera sensación durara tanto como él lo deseara. Me subí al automóvil y Daniel condujo a la Universidad.
—El señor me pidió que le recordara de su viaje de esta tarde—Armando visitaba a sus padres una vez al mes, al principio me ordenó que fuera con él pero después comprendió que no podía faltar en mi primer semana de clases, así que me dejó instrucciones que debía seguir durante su ausencia de dos días.
—Sí Daniel, gracias. —Llegamos a la Universidad y me despedí de Daniel, de pronto sentí el frío de unas manos cubriéndome los ojos.
—Estoy sorprendida de que sigas viva.
—¡Isabela! —Me di la vuelta para saludarla—Lamento no haberte llamado durante todas las vacaciones, estuve muy ocupada.
—¿Con un hombre?
—¿Acaso hay otra razón para no buscarte?
—No lo creo, pensé que Mike se había ido a Londres y cómo dejaste de ir al club y no respondías mis llamadas, ya te imaginaba en otro país.
Isabela era mi mejor amiga, la conocí en el club hace dos años, al igual que yo, ella era una sumisa y estudiábamos juntas en la misma facultad.
—No podría mudarme y dejar a mi mejor amiga aquí.
—Más te vale, ¿No piensas hablarme de tu nuevo Amo?
—Se llama Armado, es lo único que puedo decirte, tú entiendes perfectamente lo de la confidencialidad.
—Solo quiero saber que te sientas cómoda con él, no quiero que te suceda lo mismo que con Roberto.
—Estaré bien, además, Roberto nunca me he hizo daño, en el momento que comencé a sentirme incomoda con él, tomó la decisión de terminar el contrato y dejarme en las mejores manos.
—Y hablando de eso, ¿No te sentiste tentada a aceptar la propuesta de Mike e irte con él a Londres?
—Definitivamente no, toda mi vida la tengo aquí, además, aunque Mike era buen Amo, no supo hacerme sentir de la misma forma que Armando, mi señor consigue lo que solo Roberto conseguía, con la única diferencia que con Armando me ciento 100% segura, puedo confiarle mi vida.
—¿No te estás enamorando? ¿Cierto? Recuerda que no puedes-
—Tranquila Isabela, lo que siento por Armando; es confianza, cariño y respeto, no amor.
—Eso espero, por tu propio bien.
—No olvidaré mi lugar con él.
—¿Y qué harás esta noche? Hay una fiesta por el regreso a clases, es en la casa de los delfines, no puedes faltar, todos estarán ahí.
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Sin dudar.
RomanceArmando es un amo experimentado, sin embargo descubrirá que a veces las relaciones pueden ser más desafiantes de lo que está acostumbrado, sobre todo si se trata de una relación D/S; por otro lado, está Erika, una sumisa obediente y disciplinada, q...