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Una semana había pasado desde que Cris decicio ir a aquella fiesta.

él no era muy aficionado a ellas, pero no podía decir lo mismo de su mejor amigo Alex, que había asistido a cada una de las fiestas que se habían llevado a cabo en el campus desde que llagaron, y de eso hacía apenas un mes y medio.

Habían llegado justo unas semanas antes de que terminara el ciclo para poder hacer el papeleo de su transferencia a aquella universidad.

Él había residido los últimos diez años de su vida en el continente Europeo por los proyectos que tenía su padre de expandir sus hoteles  a este, pero una vez logrado su cometido, por fin habían regresado a su tierra natal.

Gracias al cielo su mejor amigo, quién no tenia nada que lo atará a aquel continente, había decidido seguirlo en esa nueva etapa de su vida.

- De que te ries- le corto el pensamiento su amigo-. Aún no puedo creer como es que no le pediste algún número de teléfono, recuerdamé, como fue que se te perdio de vista el amor de tu vida- le dijo con burla.

-Ya te lo dije, no me dio tiempo de pedirselo, estabamos bailando y un segundo después ya no estaba.

Alex no podía dejar de carcajearse por la pobre situación de su amigo.

-Lo que sigo sin entender, es por que no le dijiste tu verdadero nombre. Tal vez no era como las demás.

-Oh, definitivamente no era como las demás.

-Pero...

-Pero... no esta de más ser cuidadoso, jamás imaginé que esto me sucedería a mí.

-¿El qué?- preguntó su amigo con burla-. Que acaso no eres un partidazo.

-Claro, más con todos esos ceros en mi cuenta- dijo con recelo, mientras su amigo lo veía con un poco de pena-. Recuerdo que cuando nos mudamos, esas mismas personas que ahora fingen ser mis amigos,  se burlaban de mí, de mi condición.

-Oh, pero si eras adorable.

-Callate, Alex.

-Entonces, vamos a la fiesta de esta noche.

-Olvidalo.

-Por favor, casí no conozco a nadie aquí, y no es tan divertido si no vas tú- trato de convencerlo-. Que tal si encuentras a tu cenicienta ahí.

Eso dejó pensando a Cris.

●●●●●●●●

La fiesta era un desastre, gente borracha por todos lados, parecía que entre más tarde era, más se prendía la gente.

Cris llevaba más de una hora buscando a Alex, el muy desgraciado había desaparecido nadamás entraron por la puerta de esa casa.

《Y según su amigo casí no conocía a nadie》. Pensó divertido.

Para su mala suerte ni siquiera había coincidido con su cenicienta, como le llamaba Alex.

Tal vez como la mayoría de los estudiantes, había decidido pasar vacaciones con su familia. Para su mala suerte, realmente le había gustado demasiado.

Y la forma tan accidentada en que la había conocido, y todo lo que pasó después.

Todavía recordaba como amanecio al día siguiente, tuvo que meter los pies en agua caliente por el dolor que le causaron todos los pisotones que le dio cuando bailaban.

Sonrió a la nada recordando cuan ridiculos se veían, pero en ese momento sorprendentemente no le había importado nada más que disfrutar de Sam.

Por primera vez desde que llego, no se sintió utilizado, ni sintió que se acercaron a él por pura conveniencía, de hecho el fue el que se acercó a ella.

-Hola.

-Eh...- volteo a ver a la chica que le saludaba-. Oh, hola.

-¿A caso tú eres Cristian... Cristian  Starword?

-Eh, sí, y ¿tú eres?...

-Sabina... Sabina Montiel, ¿No me recuerdas?- Cris intentó contestar pero ella no se lo permitió-. Claro que te acuerdas de mí, digo, como podrías olvidarme, ibamos juntos al colegio, eso fue antes de que te mudaras con tu familia a Europa. Wow, quién iba a decir que regresarían siendo una de la famila más rica del país...

Cris dejó de escucharla, claro que la recordaba, y no eran precisamente cosas buenas, no cuando, ella junto a su grupito de amigos se burlaban de él por su sobrepeso.

Afortunadamente paso su amigo cerca de ellos y lo aprovechó para deshacerse de su no tan grata compañía.

-Oh, Lo siento, pero me tengo que ir- dijo interrumpiendo su tonta conversación sobre como paso de ser obeso a millonarió, 《ridicula》, pensó- un gusto volver a verte - dijo con sarcasmo y se despidió mientras seguía a su amigo.

-Ey Cris, amigo te me perdiste eh- se burlo Alex cuando sintió el jalón de su amigo.

-Nos vamos, ahora- ordenó.

-Pero...

-Ahora, dije.

-Pero si solo son- observó su reloj-. Las cuatro de la mañana, y además en cualquier momento puede llegar tu cenicienta.

-Ah, no, no uses ese pretexto otra vez.

-Esta bien, igual ya le saque provecho a esta fiesta- dijo guiñandole el ojo.

-Eres realmente asqueroso.

●●●●●●●

A la mañana siguiente despertaron un poco, muy desvelados, así que ninguno de los dos tenía ganas de cocinar, mucho menos Alex que se cargaba una resaca de muerte.

Decidieron ir a explorar la zona, para ver si encontraban una cafetería.

-Yo vi una, a unas cuadras de aquí- Comentó Cris.

-Ok, enciende el coche, en un segundo salgo.

-No seas flojo, a lo mucho son tres cuadras.

Llegaron en unos minutos al lugar y entraron. Primero Alex seguido de Cris, quién no se dio cuenta que se puso en el camino de una mesera con una charola llena de jugos de fruta.

-Cuida...- Sam aterrizó en blando arriba del cuerpo de el chico-. Lo siento yo... es que tú... no te vi... yo...

-¿Sam?

-¿Alex?

























Entre La Amistad Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora