{ 4 }

57 10 0
                                    


La alarma volvió a sonar, justo a un lado de su oido, y Samanta sentía que no había descansado nada.

Ya llevaba tres semanas trabajando de corrido en la cafetería, para poder cubrir los días que viajaría a la lujosa casa de su amiga en la playa.

La muy tramposa, había unido fuerzas con su familia, y, la habían convencido de tomarse una semana de descanso, antes de regresar a la universidad.

Y por si fuera poco, como el motivo del viaje sería la fiesta de aniversario, que celebraban los padres de Lia, los gastos del viaje correrían por parte de la familia De La Rosa.

Se levantó peresosa de su cama debatiendo entre meterse a bañar, o acostarse treinta minutos más e ir a su trabajo sin asearse.

Pero, mientras caminaba de regreso a su cama, recordó que Alex la recogería al salir del trabajo, para pasar la tarde juntos.

Ya habían trazado una rutina diaria, donde él la recogía de su trabajo en la cafeteria, para pasar las tardes juntos.

Salio de la ducha ya más despierta, se arregló, y emprendió camino hacia su trabajo, cuando escucho el tono de su celular.

-hola - contestó sin fijarse quien le llamaba.

-¿Cómo está la mujer más trabajadora de esta mundo?

-Ah, hola Lia, bien ¿ y tú?

-Vaya, pero cuanto entusiasmo, claro como no soy cierto galán que aún no conozco, me siento desplazada- dramatizo -. Siento que me estás olvidando.

-Ya bajale a tu drama...

-Me estás llamando dramática- chillo.

-No, para nada

-Ya quiero conocer al chico que pudo atraer tu atención, solo por eso ya quiero regresar a la uni.

-Relajate Lia, ya lo conoceras,- dijo Sam poniendo los ojos en blanco-. Solo faltan dos semanas para que inicien las clases, creo que puedes sobrevivir.

-Y ¿qué tal está su amigo?

-Es guapo, pero no creo que en este momento le interese tener una relación seria.

-Que mala suerte- suspiro-. Te extraño amiga- cambió de tema rápidamente-. Ya quiero que se llegue el fin de semana, para verte.

-Yo también, ya quiero que sea fin de semana- dijo, pensando en las largas jornadas se trabajo que tuvo que hacer para poder hacer ese viaje-. Y ¿siempre que paso con tu amigo? ¿Ya llegó?

-Llega en estos días, todavía no confirma el cuando, pero también estoy ansiosa por que lo conozcas.

-Oye Lia, ya he llegado a mi trabajo, hablamos después, vale.

-ok, nos vemos nena.

-Hasta luego.

Sam colgó la llamada, y entró a su trabajo, rezando por que el día se pasará rápido.

Afortunadamente hubo tanto trabajo, que ni tiempo tuvo de pensar en el cansancio que sentía.

Al salir, emcontró a  alex y Cris en la acera de enfrente esperando a que ella saliera, pero antes de que llegara a ellos, los amigos se despidieron, dejando claro que esa tarde serían solo ellos dos.

-¿A dónde va Will?

-A una fiesta, supongo, dice que prefiere salir a ver que encuentra por ahí, que estar de mal tercio- contestó, encogiendose de hombros- ¿qué quieres hacer hoy?- preguntó, abrazandola y empezando a caminar si rumbo.

-No lo se, tal vez, algo que no implique mucho esfuerzo físico.

-Realmente te vez cansada, ¿Por qué no pedimos una pizza y vemos alguna película?.

-Me parece perfecto.

-No se como puedes con el trabajo y los estudios, realmente es de admirarse.

-No es para tanto, igual solo trabajo medio tiempo cuando estoy en clases.- explicó-. Terminas acostumbrandote- Dijo restandole importancía al exceso de trabajo-. Por suerte, ya solo trabajo está semana y descanzó.

-te voy a extrañar,  me estoy acostumbrando muy rápido a tenerte junto a mí- dijo un poco cabizbajo.

-Oye, solo serán siete días...-    Se calló al notar como el bajaba la mirada-. ¿Pasa algo?.

-Es solo que, mis padres quieren que pase estos últimos días, que voy a tener libres, con ellos, me voy mañana... pero regreso unos días antes de iniciar clases.

-Eso suena genial.

-No tanto, cuando lo único que quiero es estar contigo.

-Ey, son solo dos semanas, no es para tanto- dijo, animándolo.

- Tienes razón, dos semanas se pasan volando, y estaremos en contacto, ¿no?

-Claro que sí.

Pasaron la tarde juntos,  conociendose, los dos se sorprendían de como su relación avanzaba tan rápido, aunque todavía no le ponían nombre a lo que tenían, sabían que era algo muy especial, pues niguno de los dos había sentido tanto por alguién nunca.

●●●●●●●●●

-Amelia, hija ¿cómo sigues?- preguntó Virginia De La Rosa, a su hija que tenía varios días con un dolor de cabeza intenso-. Los Starword van a cenar con  nosotros.

Eso emocionó tanto a Lia, que olvidó inmediatamente el horrible dolor de cabeza que padecía.

-¿Cris viene con ellos?

-Lo siento nena- vio como su hija perdía interés, así que agregó-. Pero ya confirmaron que llega mañana por la tarde.

- Entonces prefiero descansar hoy, para mañana estar al cien mamá, lo extraño tanto,  muero por verlo, ahora la noche se me va a hacer eterna- parloteo Amelia emocionada-.  Ya quiero verlo, tengo tantas cosas que contarle.

-No exageres Amelia, si hablas con él cada que puedes.

-No es lo mismo mamá.

-Entonces, ¿bajas o no?

-Prefiro descansar,  disculpame con ellos por favor.

-Esta bien hija, tu no te preocupes, que ellos lo entenderan- dijo acercadose a ella para depositar un beso en su frente-. Descansa cielo, te quiero.

-Lo se mamá, yo tambien- dijo cerrando los ojos.

Aunque no lo demostrará a Virginia De La Rosa no le gustaba para nada ese dolor de cabeza, y no estaba para nada conforme con el diagnostico  que les dio el doctor, alegando que solo era migraña.

Decidio que si su hija seguía con el dolor, por la mañana, la llevaría a que le dieran una segunda opinión.




















Entre La Amistad Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora