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Los días en el pueblo eran tan tranquilos, que Samanta temía que llegara el día en que tenía que partir de nuevo a la universidad.

Había aprovechado para pasar tiempo con sus hermanos, pero más que nada, en vigilar a su mamá que cumpliera con las indicaciones del doctor.

También todos los días sin falta hablaba con su amiga, quien no perdía oportunidad de decirle cuanto la extrañaba.  Aunque ella ya sabía que era una  exagerada.

-Te lo juro Samy, estoy a nada de tomar un avión para ir a verte.

-Ya bajale a tus neuras Lia, faltan cuatro días para que nos veamos de nuevo.

-Es que en serio te necesito amiga, estoy en un dilema...

-¿Cúal dilema exagerada? Solo dicelo.

-Y... ¿si él no siente lo mismo que yo?,  Tengo miedo Sam, tu sabes que jamás he sentido algo tan fuerte como lo que estoy sintiendo ahora.

-y... ¿Estás cien por ciento segura?, no crees que tal vez lo que te pasa es atracción hacia él.

-Amiga el realmente esta buenisimo pero esta vez no estoy jugando, estoy enamorada Sam y se siente tan bien, pero se que se sentiría mejor si supiera que soy correspondida.

-Pues no se que decirte.

-¿Por qué lo dudas?.

-Tal vez, por que dijiste lo mismo de Hugo, ¿Lo recuerdas?, no verdad, ahh pero apenas el pobre de Hugo te hizo caso lo descechaste.

-Por que no era lo que creía, y ya, ya entendi el punto, pero te lo juro que esta vez si es amor.

-Ok, si tú lo dices- Samanta dudaba que su amiga realmente estuviera enamorada, pero también sabía que por más que intentara hacerla entrar en razón, no lograría nada-. Solo recuerda que esta vez esta en juego tu amistad con él, si al final no era lo que pensabas.

-Que si lo es, pero que pesada.

-Si tu lo dices.

-Sabes Samy, hoy estás realmente irritable, mejor te marco mañana, haber si ya se te bajo un poco lo gruñona, a tí si que te hace falta enamorarte, mira que la semana pasada era todo miel contigo- Se quejó Lia y antes de que su amiga la reprendiera se despidió y colgó- chao querida, besos.

Y así sin más colgó Samanta sabía que Lia tenía razón y es que desde que llego a su pueblo no había recibido ni una sola llamada del susodicho, así decidio llamarlo después de que no recibiera noticias de él.

Trataba de no ser negativa al respecto, así que le daría el beneficio de la duda, y si para cuando regresaran a estudiar él no le daba una buena razón del porque desaparecio, lo dejaría atrás y seguiría con su vida como si nada.

Aunque en el fondo deseaba que él realmente tuviera una buena razón, porque a diferencia de su mejor amiga ella si estaba muy enamorada.

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-Es en serio Alex- exclamó Cris exaltado-. No entiendo como se te ocurren tantas babosadas.

Ya habían pasado varios días desde que Alex, en broma había aventado a Cris al agua sin saber que el llevaba el celular encima, y ahora se encontraba enojado pues si antes no se podía comunicar con su amada, ahora menos lo podría hacer si ni siquiera se sabía su numero.

-Ey, ya te pedi perdón, no sabía que traías el celular en la bolsa, digo, a quién se le ocurre traer el teléfono celular en el traje de baño.- dijo excusandose.

-Sabías que estaba tratando de comunicarme con ella, agh... no entiendo como es que sigo soportandote, otro en mi lugar ya se habría alejado de tí.

-Oh, sabes que me amas Cristian, y que no puedes vivir sin mí, mi tierna bola de grasita- dijo Alex en tono añiñado- ya, vale, perdoname no pensé...

-Tu nunca piensas.

-Ja ja ja- se burlo otra vez-. Mañana vamos a comprarte otro celular y ya está.

-No, no está, Alex, por qué no es el celular lo que importa.

Alex iba a replicar pero una voz femenina los interrumpio.

-Ey chicos, ¿qué hacen?- dijo Lia  abrazando por la espalda a su mejor amigo.

-Nada, aquí tomando el sol- contestó Alex viendo de reojo a su amigo.

-Si... eso, estabamos a punto de meternos a la piscina- dijo Cris, tratando de que ella no notara su enojo-. ¿Nos acompañas?.

-Claro que si.

Alex no tardo en darse cuenta que Amelia ya no estaba viendo a su amigo con los mismos ojos, y lastimosamente tendría que ser él, el que se lo advirtiera a su mejor amigo.

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Sus días de descanzo habían llegado a su fin, y estaba a punto de bajar del avión.

Le había costado mucho despedirse de su familia, sabía que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera volver a verlos, pero al menos regresaba con la tranquilidad de que todos estarían al pendiente de su madre, quién no paraba de quejarse por tanta atención.

Aunque también le daba tranquilidad saber, que no había sido nada grave el desmayo de su madre, afortunadamente los resultados se los entregaron antes de que ella tuviera que partir, siendo testigo de que lo que le había pasado era solo una baja de presión, causada por las pocas horas de sueño y falta de alimento.

Ella conocía muy bien a su madre, y sabía de sobra, que eso se lo había causado ella misma, al querer tener siempre todo listo para su familia. Pero ya sus hermanos se habían encargado de demostrarle que ellos eran muy capaces.

Escucho por los altavoces que ya podían bajar del avión, así que agarró sus pocas pertenencías y se dispuso a hacerlo.

Era de esperarse que Amelia estuviera esperando por ella a pesar de que le había dicho que no era necesario, y no le bastaba solo con ir por ella, si no, que la esperaba con un gran letrero de bienvenida y un ramo de flores y si eso no era muy llamativo, a parte, gritaba su nombre a todo pulmón incomodando a la gente que se encontraba a su lado.

-Sam, por aquí, amiga- gritaba Lia, sin importarle las miradas de los extraños a su alrededor.

-Ey, Lia - gritó Sam uniendose al espectáculo que era su mejor amiga, la alcanzó abrasandola fuertemente-. Te extrañe canija.

-Y yo a tí, desgraciada, me dejaste sola por dos meses enteros, ¿sabes cuánto tiempo nos vamos a tardar en ponernos al día?.

-Por Dios Lia, deja de ser tan dramática- se quejo Sam, un poco en broma-. Y...  ¿Dónde está?

-¿Quién?... oh si, el amor de mi vida, futuro padre de mis hijos y mejor amigo de toda la vida.

- Si, ese mismo, al que ya le confesaste tu amor, ¿verdad?

-no lo he hecho aún, planeo decirselo la próxima semana, será su cumpleaños y tengo entendido que sus padres no podrán venir, así que ya sabes, cena en mi depa, velas, musica romantica, el y yo solos muy juntitos...

-Ya entendi, no me interesan los detalles.

-Ok, tu te los pierdes- dijo guiñandole un ojo-. Se quedo parqueando el coche, vamos...- dijo Lia guiandola fuera del aeropuerto.

Caminaba sobre la acera buscando al amigo de Lia, cuando Sam lo vio, no lo podía creer después de casí dos semanas de no verlo ahí estaba enfrente de ella pero nada la preparó, para lo que sucedio después.

Sam no podía despegar la vista de Cris, cuando de repente chocó con la espalda de su amiga quién se paró frente a él, lo tomó de la mano y después dijo.

-Sam es un gusto para mí, presentarte, por fin, a mi mejor amigo Cristian Starword...










Entre La Amistad Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora