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-¿Sam?

-¿Alex?

-Eh...- Alex no alcanzó a pronunciar palabra, cuando se dio cuenta que no se referían a él si no a su amigo, que yacía bañado en jugo bajo la chica.

-Yo lo siento, no te ví entrar- se disculpo Samanta, quién aún seguía arriba de Cris.

-No te preocupes, es un honor estar debajo de tí- contestó con un poco de burla.

Los dos crearon una burbuja donde no había nadie más que ellos, cuando alguién desde arriba carraspeo.

-Que tal si me devuelves a mi amigo- dijo Alex con falso enojo.

-Samanta, no te pago por coquetear con los clientes, ah!!! y te voy a descontar los vasos rotos, así que dejate de tonterías y has meritos para que no te vaya tan mal en tu paga de está semana- la regaño su jefe, desde la barra de servicio.

Como si fuera un resorte, inmediatamente Sam se levantó al oir la voz de Leon,  él era el hijo del dueño de la cafetería, que, para su mala suerte, desde que habían comenzado las vacaciones le dio por ayudarle a su padre en el negocio.

-Lo siento, Leon, no volverá a pasar y descuenta lo que tengas que descontar- refunfuñó Sam.

-no te preocupes Sam- dijo Cris en un susurro, y volteando hacia Leon contestó-. Yo cubro los costos de sus perdidas, fue mi culpa señor, no se preocupe.

La chica se aguanto la caracajada que peligraba por salir, al escucharlo llamarle señor, pues Leon odiaba que se dirigieran a él de esa manera, pero al actuar él como dueño y señor de la cafetería todos los clientes creían que merecía el titulo.

-Atiende a los clientes, Samanta- dijo tratando de aguantar el enojo -. Y por favor- dijo alargando la o-, deja de coquetar con los clientes.

-Wow, tu jefe necesita de una buena co... noche de pasión- opinó Alex, que hasta ese momento solo había sido espectador, de lo sucedido.

Pero Cris no le prestaba la más minima atención a su amigo, si no, lo hubiera amonestado por su lenguaje, más bien estaba embelesado con la mujer que tenía delante de él, no podía creer en su suerte.

-Hola- dijo embobado-. No fuiste a la fiesta de anoche- reclamo.

-¿Cómo?... oh sí, no pude ir- se justificó, aunque en realidad no la habían invitado, puesto que fue en la casa de Sabina, de igual manera le había tocado trabajar -. ¿Que tal estuvo?

-Para mí genial- interrumpió Alex-. Para mi amigo, no tan bien- se acercó a ella y confesó- te estuvo esperando toda la noche.

-Ok...- dijo Sam con duda- ¿Y tú eres?

-oh, lo siento, mis modales, yo soy...

-Dile Williams - interrumpio Cris nervioso de que lo descubriera-. O Will como tú prefieras, ella es...

-La famosa Samanta o Sam, ¿Te puedo decir así?

-Claro que sí, pero no entiendo ¿Por que dices que soy famosa?

-Pues muy facil preciosa, por que aquí mi amigo no ha dejado de hablar de tí...

-A... Williams- advirtió Cris avergonzado.

-Ya, ya me callo- dijo Alex alzando las manos rindiendose-. Te espero en esa mesa se allá- señalo una mesa alejada de la entrada y los dejó solos.

Sam estaba por decir algo cuando escucho él grito furioso de su jefe.

-"SAMANTA, LOS CLIENTES".

-Ya voy.

-Te dejó trabajar- dijo Cris apenado.

-Claro en un rato te atiendo, solo deja recojo estó- dijo viendo el desastre.

-Te ayudo- se ofreció él.

-No... no por favor, solo ve a tú mesa en un segundo los atiendo- suplicó, viendo de reojo a su jefe, quién estaba perdiendo la calma.

-Esta bien- se alejó.

Cada que Sam intentaba ir a la mesa de los chicos, a Leon se le ocurría otra tarea para que hiciera.

Así que no se dio cuenta en que momento los chicos se fueron, y se sintió desilusionada, pues otra vez no había tenido oportunidad de pedirle su numero de teléfono. Ya que, el día de la fiesta donde lo conoció simplemente no pudo hacerlo.

De hecho para ella era muy gracioso recordar su situación, 《se la estaba pasando muy bien con él, incluso cuando se la pasaba pisandola a cada rato, cuando estaban bailando, pero en un momento en que ella intentó hacer, lo que según ella, era su paso sexy, dandole la espalada y arrimandole el trasero, no se percató de que él había decidido hacer el mismo paso, logrando aventarla con el trasero, y como ella ya estaba muy mareada por el alcohol ingerido, no pudo mantenerse en pie. Quedo tendida en el piso y fue espectadora de como el la buscaba entre la gente, solo que jamás se le ocurrió buscarla en el piso que fue a dondé el mismo la mando.

Después de un par de minutos pudo observar como él solo se iba alejándo mientras ella intentaba levantarse de entre la gente que seguía bailando encima de ella.》

Volvio al presente cuando la alarma de su celular sonó indicando su hora de salida.

Corrió hacia su casillero recogio sus cosas y salió disparada del lugar, sentía que le urgía una ducha para deshacerse de esa sensación pegajosa que no la abandonó desde que se cayó con los jugos.

-Por fin, estaba apunto de entrar por tí y secuestrarte- dijo una voz a su espalda.

-Dios- grito Sam lanzando todas sus cosas.

-Lo siento, pensé que me habías visto.

-Alex, ¿qué...  qué haces aquí?

-Te estaba esperando, esta vez no me vas a dejar plantado.

-¿Qué?, ¿Cuando?

-El día de la fiesta, simplemente desapareciste.

-Si, yo- en ese momento decició que jamás le diría lo que en realidad pasó-. Estaba demasiado mareada, ¿sabes?, creo  que no recuerdo en que momentó me moví tanto, que yo simplemente te perdi te vista.

-Creo que me paso lo mismo.

-Si fue una noche demasiado loca.












Entre La Amistad Y El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora