"Querido dios Lang, gracias por concederme tan maravillosa familia"
Los rayos del sol golpeaban la cúpula de la catedral, reflejando consigo los hermosos colores de los vitrales. Era un espectáculo que nunca dejaba de verse fantástico. Apoyada sobre sus rodillas se mantuvo rezando en silencio, era tal vez la única persona presente en aquel momento en el lugar sagrado, aún más por la ajetreada temporada.
El olor a rosas frescas se adueñaba por completo del lugar. Se podían ver de todos colores desde rojas hasta blancas. No era más que una humilde ofrenda de aquel día, rezaba desde el fondo de su corazón para que todo saliera bien. Todo el mundo había estado bajo constante presión para que todo se encuentra en orden y salga según lo planeado, y lo mejor que podía hacer era rezarle al dios Lang.
—¡Princesa Acacia!
La pequeña niña se sobresaltó un poco ante el grito agudo. Se sorprendió aún más al ser alzada rápidamente del suelo donde se encontraba arrodillada. Ladeo la cabeza notando el rostro sonrosado como los ojos levemente hinchados de su doncella.
Marion Kana, la hija del Marqués Kana, una de las tantas familias de los principios de Cersia. Es la más parecida al Marqués con sus cabellos castaños y ojos tan verdes como las hojas de los árboles en pleno verano, de estatura media y con un cuerpo poco voluptuoso, siempre vistiendo orgullosamente su uniforme de la familia real para las nobles que trabajaban en el castillo.
Había tomado la posición de doncella luego de conocer a la pequeña princesa cuando tenía tres años. Su vida se basaba en una la monotonía de una muñeca viviente, solo limitándose a vivir, pero aquello acabó el mismo día que la niña corrió a sus brazos para conocerla. Había visto tanto en los ojos de la princesa que deseo desde lo más profundo ser una de las personas que la viera crecer.
—Princesa—gimoteo Marion, abrazándola con algo de fuerza—, la Reina la ha estado buscando por todo el palacio. No debe escapar así—termino lloriqueando.
Por la mente de Marion aún pasada la furiosa imagen de la reina al ver que ninguna de las sirvientas, caballero o la doncella no sabía dónde se encontraba la joven princesa de apenas seis años.
¿Cómo habían permitido que la Santa Acacia se escapará en momento tan crucial, con un tiempo tan contado? Era más que obvio, que al ser la doncella principal y jefa de las sirvientas la mayoría de la responsabilidad cayó sobre ella.
—Pero Marion...
—Nada de peros princesa, tiene que ir a prepararse—giro sus talones con la princesa en brazos.
Acacia se apoyó en el torso de Marion, cruzando sus brazos por su cuello para mayor agarrare y poder observar hacía atrás. Mantuvo fijo los ojos en las rosas en el centro, justo frente al altar, una sonrisa se extendió por sus labios al ver una pequeña luz sobre ellas. A dios le habían gustado las rosas, se prometió la próxima vez traer los lirios. Dejó descansar su mejilla en el hombro de Marion, sintiendo la felicidad extendiéndose por su cuerpo.
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EMPERATRIZ SANTA │Princesa Encantadora
FanfictionAcacia de Cersia era conocida como la mujer más hermosa en todo el continente, se decía que solo aquella nacida de su vientre, sería capaz de superarla. Más de uno atribuyo su hermosa imagen a la condición de santa y única princesa de Cersia. La úni...