Capítulo 6

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Diana mordió su dedo con fuerza

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Diana mordió su dedo con fuerza.

Saboreo su propia sangre de tanto que hacía esa horrible maña, pero desde que escucho el rumor de la supuesta boda de Claude con la supuesta princesa de Cersia. Había intentado por todos los medios ver al Emperador por lo menos unos minutos, mas era enviada de nuevo al palacio Ruby sin explicaciones.

Felix no decía absolutamente nada, solo repetía una y otra vez que Claude se encontraba ocupado, tanto así que hasta le prohibieron de nuevo la entrada al jardín del palacio imperial.

Estaba aterrada. Su fantástica vida no podía estar escurriéndose por sus dedos sin ella poder hacer nada. 

Sinceramente no le importaba seguir siendo solo amante para él, poco le importaba que se casará y tuviera una emperatriz, incluso una reina, no será secreto que todo gran imperio y reino necesitaba un matrimonio político. Ahora bien, no quería soltar todo lo que le ofrecía Claude, no iba a dejar ir su amor y ser abandonada.

¡Ella es la concubina favorita de Claude!

Siempre fue alabada por su belleza que cautivo al emperador de Obelia, solo ella había sido capaz de tal cosa, nadie podía ocupar su lugar de la noche a la mañana. Tenía que verlo, continuar dándole su cariño para que todo sea como era antes que se escucharán esos rumores.

Incluso muchas de las concubinas se habían atrevido a molestarla constantemente, se burlaban de ella cada oportunidad que podría diciendo tonterías como que Claude se había cansado de ella, o que ya había sido abandonada como todas ellas.

No sería abandonada por Claude. Su emperador no la dejaría nunca, no a ella. 

Caminaba en silencio por el jardín del palacio Ruby, quería despejarse un rato para mantener a raya sus emociones y calmarse. Le había gritado a Lily, intentando pagar su frustración con ella, se sentía tan avergonzada de aquello.

Lilian York era la única amiga que poseía en todo el imperio de Obelia. Por más que intento que hacerse amiga de otras concubinas o nobles, la habían mirado con desdén o repudio. Solo Lily se había acercado a ella sin importar su estatus, su pasado o los rumores.

—¡Su Majestad! Por favor deje de burlarse de mí.

Diana paro en seco, parpadeo varias veces mirando alrededor ¿Había caminado tanto para llegar al palacio de Claude? Apretó los labios, con una sola pregunta atorada en su garganta ¿de quién era la voz de esa mujer?

Se agacho un poco intentando mantener oculta con los arboles y arbustos, ahí fue que lo vio. Sintió su corazón encogerse con lo que sus ojos presenciaban, Claude estaba vestido con esas ropas elegantes y de apariencia incomoda, tomaba la mano de una mujer de un cabello tan rubio que se asemejaba un poco a la tenue nieve.

De forma inconsciente se acerco más apoyando su cuerpo a uno de los árboles.

—¿Burlarme? Creo que esta equivocada Reina.

EMPERATRIZ SANTA │Princesa EncantadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora