Capítulo 2

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Advertencia: Por favor, se pide discreción con el contenido presentado en el capítulo que pueden llegar a ha ser un poco fuerte para aquellas personas sensibles

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Acacia soltó un suspiro cansada, estaba a nada de deshacerse las joyas y el corsé del vestido ¡Oh! Y ni se diga de los odiosos tacones, se terminó sentando en la barandilla del balcón con un vago intento de descansar sus adoloridos pies

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Acacia soltó un suspiro cansada, estaba a nada de deshacerse las joyas y el corsé del vestido ¡Oh! Y ni se diga de los odiosos tacones, se terminó sentando en la barandilla del balcón con un vago intento de descansar sus adoloridos pies.

Hermosas máquinas de tortura, eso eran los tacones.

El banquete había sido incomodo y tenso, era seguro que ni siquiera fue capaz de digerir bien la deliciosa comida, que sirvieron los chefs con ese pesado ambiente.

No puedo evitar preguntarse en que momento fue lanzada la manzana de la discordia en la mesa de la familia real. Margary y Alexei parecían más distantes que de costumbre, los comentarios punzantes de la princesa heredera habían sido contrastados con las palabras venenosas del príncipe heredero, tampoco habían bailado por segunda vez, por lo que dejó habladurías en el salón; después de todo, una pareja casada solía bailar juntos hasta una tercera vez.

Por otro lado, su madre parecía disgustada con varios detalles que no parecían agradarle del banque. Uno de esos debe ser, definitivamente, que la familia Blackwood, donde provenía la reina, había sido dejada al final del salón, mientras que la familia Kemble, donde proveía la princesa heredera estaba aún más cerca de la familia real.

Un pequeño silencio se escuchó dentro del gran salón, ni bien pasaron unos minutos cuando se volvió a escuchar la orquesta sonar con una melodía más alegre y vivaz. Animando a las parejas más jóvenes a bailar.

Era seguro que su familia ya estaría preguntándose donde se había metido, pero tenía una sensación, un presentimiento en su cuerpo que no lograba descifrar. Alzo la mirada a la brillante luna llena, tenía la vaga esperanza que el dios Lang le dijese que pasaba, pero la cerrada noche no parecía cambiar en nada.

Cerró los ojos dejando la fría brisa tocar sus mejillas con ímpetu, tal vez, lo mejor sería regresas a sus aposentos a descansar. Esa noche ni las estrellas parecían querer brillar.

EMPERATRIZ SANTA │Princesa EncantadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora