Capítulo 14 : La casa del color 2

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Ella solo ríe llegando a la entrada del San Angelo. Sale riéndose por lo último que escucho de un chico, y dice entre risas cuando lo ve:

-Hola, Alessandro

-¿Qué da tanta risa?__ Ladea la cabeza.

-Nada, solo un comentario.

- Ok, hablas sola__ rie él. La repasa con la mirada. Con ese vestido dorado, ceñido al cuerpo, con la espalda afuera y le llega un poco más arriba de las rodillas. No lleva sostén__Estás hermosa, pero eso ya lo sabes.

-Tú igual, y bien ¿por qué lo del vestido¿ ¿a dónde vamos?

La mira entretenido.

-El vestido es porque te ves sexy en ellos. Y no me equivoqué. Y lo otro es una sorpresa, así que entra__ sonríe viendo lo espectacular que se ve con ese atuendo, el viento sopla y como de película, el pelo se mueve levemente. Pierde el aliento un segundo gracias a eso, terminará sin cordura sino mata el deseo que tiene por ella.

Ella solo rie sintiéndose la ama del mundo ante ese halago.

-Nunca cambias, pero me veo bien en todo a si que tienes razón...__ entra al carro preguntándose en dónde estará la moto, más no pregunta recordando que al parecer Alessandro Sinatra se baña en dinero.

-¿Sabes cómo te ves aún mejor?__ sonríe pícaro, conduciendo.

-No, dime cómo sería eso.__ le sigue el juego pícara. De Alessandro puede venir cualquier cosa.

- Desnuda, y lo mejor es que ya lo comprobé__ le guiña un ojo

- No se de qué hablas__ se hace la loca mirando a otro lado, su cerebro recordando esa tétrica mañana en el sótano. Se sonroja sin poder evitarlo.

- Mira quién está roja.__ rie, y para rematar pone una mano en el muslo de Mía__Ummm... Aquí también estás caliente

- Aless... No sigas o tendrás que__ se siente con deseos de besarlo, que no logra completar la frase.

-¿ Tendré qué?__sube más la mano, observando la carretera, pero con la mente en la pequeña mujer a su lado.

-Aless no, por favor para. Estás manejando__ le gusta su contacto, más no quiere morir por una calentura.

-Te salvas porque todavía no quiero morir__ le quita la mano, siguiendo el camino__Ahora hablame de algo sino quieres que pierda el control.

Pide, no obstante, eso nunca pasa. En vez, ella le agarra el miembro por encima da la ropa.

- Ah, no. Ahora jugaremos, tu empezaste... y dime ¿te gusta así?__ le da caricias y lo masajea

- Mierda__ aprieta las manos en el volante__Loquita traviesa__ resopla encantado con las caricias.

-Mmm ¿y si subimos un poquito?

Sube su mano a su pecho dejando la erección tranquila, quiere hacerlo sufrir. Le pellisca el pecho suavemente.

- Mía, quedate quieta__ pierde el aire. La erección aprieta sus pantalones y la sangre le corre por las venas como lava en un volcán.

Mía lo ignora, pasa la mano por su cabeza acariciando las hebras negras.

-Me gusta este cabello tan rebelde. ¿Si lo jalo te prendes más Aless?__se inclina jalandolo y le besa el cuello. Gruñe sintiendo la adrenalina__ Shhh, tranquilo mira el frente o será peor.

No aparta la mirada de la vía

-¡Dios!, Mía. Después no te quejes cuando te haga todo lo que deseo.

Principessa MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora