Capítulo 16: El GYM!!

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A la mañana siguiente, Mía despierta de muy buen humor. Su ojo no está tan mal, le aplicó un poco de base y queda presentable. Sintiendo buenas vibras y mucha energía para descargar, se alista y va al gimnasio. Se pone sus audífonos sonando en ellos Camilo y Evaluna en su canción Por Primera Vez, sonríe inconscientemente al recordar ese suceso en la feria, ver a Alessandro bailando al compás de la voz de Camilo, casi la hace babear. En el fondo de la canción, logra escuchar algunos piropos halagando su cuerpo. Lo ignora perdiéndose en los recuerdos de su mente, en dónde casualmente siempre está cierto italiano. Al llegar a su destino ve a Charlotte a lo lejos, se le acerca quitándose los audífonos.

—¡Charlotte!

—Hola, Mia __ sonríe amigable__ ¡ Qué cuerpazo, amiga! __ la halaga Lotte. Decía la verdad, esa ropa solo resalta las curvas de Mia. Llevaba un shorts corto, color azul celeste de licra, un top más arriba del ombligo del mismo color . Unas converse a juego y su cabellera rubia atada en una coleta. Aunque va sin maquillaje ni accesorios, su belleza al natural llama más la atención. Abdomen plano y atributos marcados y firmes sin llegar a la exageración. Toda una vida de ejercicios y deportes le dejaron una gran figura para lucir__ Si yo tuviera ese cuerpo, no viniera al GYM __ bromea.

Mía solo rie sin vergüenza. Nunca a sido tímida al mostrar su cuerpo, no le gusta la exhibición, más sí se siente orgullosa de lo que logro con mucho esfuerzo.

—Tú no te quedas atrás. Pero vengo porque me gusta entrenar, es algo que hago desde los cinco años __ explica enérgica.

—Te entiendo, ayuda a descargar la tensión __ asiente yendo a las máquinas__ ¿Entrenamos juntas?

—Eso no se pregunta __ dice montándose en una__ ¿Y cómo vas con Mario?

— Pues... __ se muerde el labio__ creo que bien, él es muy tierno y sencillo. Anoche dormimos juntos, pero no pasó nada __susurra lo último, ocultando una sonrisa. Lo que siente por el mexicano jamás lo había sentido.

—Oh, pasaron una nueva fase
Me alegro por ti, él te respeta Charlotte.

— Si, eso me alegra. Los dos merecemos ser felices __ sonríe, eso hasta que ve a lo lejos a Alessandro entrando por la puerta del GYM, en ropa deportiva__ Mira quién está ahí __ señala detrás de Mía.

Mía voltea dejándose ganar por la curiosidad. Se encuentra con una imagen que la hace suspirar. Su atuendo está compuesto por un shorts deportivo azul que resalta más sus ojos, le llega por las rodillas dejando ver sus torneadas piernas, una franela negra con los números 10 en blanco deja al descubierto unos bastantes atractivos brazos.  Lleva calzado deportivo, y una mueca de suficiencia adorna su rostro. Con un andar despreocupado, como si fuera el dueño del mundo, hasta le pasa por encima a un sujeto que hacía flexiones en el suelo, en el intento, pisándole la mano con sus caros zapatos. La víctima abre su boca para maldecir, más calla sabiamente cuando nota quien es. Alessandro solo sigue ignorando al mundo.

— Alessandro __  susurra riendo Mía, la escena solo le demuestra que él es un hijo de puta con el resto, pero con ella es el más amable y caballeroso ser. Y aunque suene un poco enfermo, adora que solo sea así con ella.

El ya nombrando italiano, avanza de muy buen humor, el recuerdo de unos dulces labios sabor a fresa sobre los de él, lo mantuvo en vilo y con una tonta sonrisa cuando salió el sol. Lástima que ese  humor que se va al caño cuando ve a Mía, vestida así. Traga saliva deseándole como un demente, pero furioso de que idiotas babosos la estén mirando. Apresura el paso llegando a ella.

—Mía, ¿ Me podrías decir por qué estás vestida así?__ aprieta los puños hablando bajo, conteniendo su ira.

— Hola, Alessandro ¿ Cómo amaneciste? Yo muy bien, gracias por preguntar __ habla con sarcasmo__ Normal, estoy haciendo ejercicios lo mismo que hago a diario ¿hay algún problema? __ pregunta confusa.

Principessa MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora