Capítulo 5: La intrusa

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El resto de la semana transcurre normal, ella no se ha topado a Alessandro más, solo lo ve de lejos en algunas clases que comparten. Llega el fin de semana que tanto ha esperado para salir con Candice, la cual cada día se llevan mejor.
El por su lado, solo ha socializado con Mario, y alguna que otra veces con Charlotte su compañera de cuarto. Aunque también comparte ese espacio con una chica llamada Dalilah, pero con ella casi no ha compartido. Hasta ese día. Un fin de semana, por fin podría salir tranquilo. A tenido que convivir con personas porque así se lo pidió Lombardi, mientras más amigos, más información. Claro está, que cuando llega a su cuarto y encuentra a Dalilah revisando sus cosas, olvida los términos de amistad.
– Mierda no lo encuentro. __Dice la chica

– Alejate de mis cosas, maldita ratera. __La empuja apartandola.

– Oye que carajos te pasa solo busco algo importante que se me perdió. No soy una ratera. __ Le dice la chica en tono amenazante.

– Número uno, no se debe tocar cosas ajenas sin el consentimiento. O es que no tienes modales? __Alza una ceja__ número dos, no me importa si se te perdió oro ahí, no tocas mis cosas.

– Bájale una rayita a tu tono solo busco algo, pero no lo tienes al parecer, ya busque en lo de los demás también así que ni eres él único.

– Dios, pero que maleducada eres. Creo que pediré un cambió de compañera. __Susurra lo último.

– Oye, no tienes que hacer nada se eso solo busco algo y ya es muy importante. Pero tienes razón a la próxima te espero antes.

– Espero que no se repita.

– Además quien me dice que tú no me lo cojiste. __Le dice ella.__Porque no tines cara se ser un santo.

–Ni siquiera se que buscas, joder. Y tú de ratera, pero yo no digo nada.

– Lo que busco es la cadena que me dió mi madre antes de morir. Y no soy ratera carajo solo es que es bien importante para mí eso.

– Que no me importa si son las cenizas de tu madre, que no se repita.

–Con ella no te metas. __Dice llegando a su límite antes de darle una cachetada__ Para que aprendas que mi madre es sagrada y te aviso que ando en tus cosas cuántas veces quiera mientras no la encuentre o se me pierda algo.

– Loca. __Gruñe tocando dónde le arde. Inhala profundamente buscando serenarse__ Ya, hay que calmarnos.lo siento me pase de la raya.

– Al fin dices algo bueno y perdón pero mi madre es sagrada.

– Estoy tratando de llevar la vaina en paz, no me provoques.

– Está bien, tregua entonces. __Dice extendiendo la mano.

–Ok, empecemos de nuevo. __ Se la estrecha. Suspira recordando la orden de Lombardi.

–Soy Alessandro y tú eres?

–Dalilah

– Bueno. Dalilah de dónde vienes

– De Estados Unidos
Y así, de una manera bastante rara se inicia esa amistad bastante rara también.

Llega el tan esperado domingo.

–Candice me encantan los juegos de las ferias. __Dice Mía contenta.

– Me alegra que te guste. __Sonríe

–Lo bueno es que hay chicos lindos. __Mira a  Charlotte

–Bueno ninguno de mi agrado aún.

– Que quisquillosa. __Bromea Lyn.

– Y en el instituto.¿Nadie que te guste? __ Indaga Charlotte.

Principessa MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora