¿Te quedas o te vas?

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El carro se detuvo por completo.

Omar miró a Natalia de forma maquiavélica mientras sujetaba el arma.

-Si sabes que es ilegal estacionarse aquí, ¿verdad?-replicó ella y luego contuvo el aliento al ver que Omar deslizaba suavemente el arma fuera de su pantalón. 

-¿Notaste que esta arma tiene silenciador?-inquirió él irónicamente.

-Claro, lo noté en el polígono-

-Es interesante, ¿no? Literalmente podría hacer varios disparos aquí mismo y nadie se daría cuenta-

Natalia en aquellos momentos observó con suma atención su mirada, sus gestos, la forma en la cual se movían sus labios. El movimiento de su mano derecha y dedos al sujetar el arma. Miraba cómo deslizaba con sutileza su mano izquierda a través del volante y luego dirigió el rabillo del ojo hacia el gancho de la puerta y al acercar su mano a éste, su atención de inmediato fue atraída por un movimiento brusco de Omar.

-¿Qué haces?-exclamó ella.

Omar estaba sonriendo mientras se apuntaba con el arma su propia sien. 

-Literalmente, nadie podría escuchar nada-agregó sin dejar de sonreír.

-Omar, por favor. Dame el arma-le habló con un tono de voz suave.

-¿Me amas?-le preguntó él.

Natalia no dijo nada. Omar entonces, la apuntó a ella. Si lograba disparar, la bala atravesaría el centro de su hermoso y femenino pecho redondo.

Natalia no se mostró temerosa en lo absoluto.

-Aquí está el arma. Tómala-insistió él, presionándola contra su pecho.

-¿Podrías pasármela sin apuntarme con ella?-

-Así es más sexy, ¿no te parece?-

Natalia miraba alternativamente a los ojos de Omar y al arma en el centro de su pecho.

-No me has contestado la pregunta-repitió él.

<<¿A qué está jugando, qué será lo que quiere conseguir comportándose así?>>pensaba Natalia sin dejar de mirarlo fijamente mientras se comenzaba a desnudar desde arriba hasta la cintura, dejando sus mamas perfectas y redondas al descubierto, rodeando la punta del arma. <<Dos pueden jugar este juego>>

-Te equivocas, ¡así es más sexy!-respondió ella con una sonrisa pícara.

Omar entonces le entregó el arma en sus manos dejando de apuntarla y asintiendo con la cabeza. Ella la sujetó en silencio por unos segundos y luego lo apuntó. El semblante de Omar cambió drásticamente hasta que Natalia le ordenó, sonriendo:

-No es justo que sólo yo esté sin ropa, quítate el pantalón-

Omar se bajó el pantalón mientras comenzaban a llamar la atención del tráfico.

-¿Contenta?- 

-Sí te amo-dijo ella con ferviente convicción y luego guardó el arma en la guantera y se vistió. Omar hizo lo propio y echó el auto a andar. Justo cuando estaban a punto de pasar la alcabala, él le dijo:

-Por cierto. Ni te molestes en invitar a tu ex y a tu amiga a la boda. Yo los maté-. 



Natalia ServidaWhere stories live. Discover now