Compromiso

9 2 0
                                    

Omar se alejó de Natalia al subir las escaleras mientras escuchaba una voz maternal y autoritaria en forma de rumores, que con cada escalón se hacía más clara... Más estruendosa.
Llegó hasta su habitación. Y al cerrar la puerta fue cuando pudo discernir lo que decía la voz con claridad: <<-¡Anda hazme caso, quítate la ropa!->>
De repente era el Omar de 8 años de nuevo, frente a su madre sintiéndose aterrado.
<<-Dame tu mano->>
El niño en el recuerdo extendió su mano y lloró al verla mordida por los voraces dientes de su progenitora.
<<-¡No llores->> Le ordenó ella con sangre entre los dientes amarillos por tanto fumar mientras lo seguía mordiendo.
Omar volvió en sí al sentir que tocaron la puerta.
-¡Omar, por favor, hablemos!-exclamó Natalia del otro lado.
Omar apretó los ojos y sendas lágrimas rodaron hasta sus mejillas.
<<No sé qué hacer>> pensaba él. Y decidió respirar profundo, tres veces desde el fondo de su pecho. Entonces pudo serenarse. Se secó las lágrimas con una de sus manos y volteo para encaminarse a la puerta. Sin embargo, con la mano derecha a pocos centímetros de la manivela... Se detuvo. Tragó grueso y luego abrió. Ahí estaba Natalia, luciendo ridículamente hermosa y para su sorpresa, tan serena como él se sentía.
Omar extendió su mano y ella la tomó. -Hay algo que quiero hacer contigo-le dijo. Ella asintió con la cabeza. Pocos minutos después estaban en carretera, con Omar al volante... Sin decirse nada el uno al otro.
Natalia se sentía con confianza, seguridad e ímpetu.
-Abre la guantera-dijo Omar rompiendo el silencio Mientras atravesaban la ciudad de Maracaibo.
Natalia la abrió y al ver lo que contenía sintió que de repente todo su cuerpo palpitaba... Era como si un frío espeluznante recorriera todo su ser en ese instante, estaba paralizada y no era capaz de articular palabras. Comenzó a respirar de manera agitada, y Omar al notarlo, le colocó la mano en su brazo y comenzó a acariciarla. Natalia se volvió hacia él con terror en su mirada, mientras Omar fraguaba en su rostro una sonrisa sin inmutarse en lo absoluto, manteniendo su concentración en la carretera. Natalia no podía salir del impacto que recibió al saber que su vida acababa de cambiar por completo

Natalia ServidaWhere stories live. Discover now