La Razón

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-Ahora cierra la guantera. Pasaremos por una alcabala-dijo Omar en el tono de voz más amoroso imaginable.
Natalia la cerró y luchó en su interior por mantener la compostura mientras se acercaban al majestuoso puente sobre el Lago de Maracaibo.
<<Natalia, ¿Por qué te hiciste esto a ti misma?
En verdad era tan importante para ti salir de la rutina que decidiste irte con este extraño para satisfacer tu dosis de locura?>>pensó ella mientras miraba el Lago, luego de pasar la alcabala. Se volvió hacia Omar y éste le devolvió una mirada llena de amor.
<<¿Por qué tiene que ser tan lindo? Quizás me estoy imaginando cosas donde no las hay. Quizás sólo tiene eso ahí por diversión, muchas personas las tienen en Maracaibo... Pero no puedo evitar que me ponga tan nerviosa. ¡Natalia contrólate, peor es que se dé cuenta de tu nerviosismo y te haga daño!
Sólo esperaré... Igual ya pasamos la alcabala y en vez de decir algo, me quedé callada.
Debe ser la parte de mí que quiere un cambio. Este es el hombre que me ha tratado mejor y me ha dado más atenciones en sólo un día que todos los demás en todo lo que llevo de vida.
Además mi ex novio no se ha dignado a aparecer>>
-Tranquila. Natalia. Jamás haría algo que te hiciera daño, si es eso lo que te preocupa-dijo Omar al observarla tan callada y tensa mientras miraba por la ventana al lago. Ella lo miró sorprendida saliendo bruscamente de su ensimismamiento.
-Entonces, ¿por qué me mostraste eso?-inquirió ella.
-Porque te amo, Natalia-respondió sin ninguna vacilación, como cuando uno está completamente seguro de algo y lo expresa con todo su cuerpo, sin titubeos, con una transparencia tan ecuánime que Natalia no tuvo otro remedio que creerle. Sin embargo, eso generaba muchas más dudas en su mente.
<<¿Me mostró eso porque me ama? No tiene mucho sentido>>

Natalia ServidaWhere stories live. Discover now