Espacio

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-¡Es en serio!- Gritó Natalia al ver a Omar detrás del árbol. Su acompañante lucía confundida. -¿Lo conoces?- preguntó.

Natalia suspiró tocándose la frente. -¿Me seguiste?-

-Natalia, yo quiero estar contigo-

-¡Aww!- exclamó con candor la mujer. 

-¡No, no "aww"!-le respondió Natalia a ella. Luego, volviéndose hacia Omar, le exigió molesta:

-Tú tienes que irte de aquí. Déjame en paz-

-Aww- Exclamó la acompañante (ahora con tristeza). -Catrina, por favor, danos un momento a solas- le dijo Natalia, y ella entonces se alejó hasta el sitio donde estaban antes.

-Apareces en mi vida de la nada, me haces sentir que mi rutina es aburrida, me muestras un mundo que no conocía, me haces sentir cosas que no había sentido, me propones matrimionio, luego me confundes... así que vengo aquí, un sitio alejado del caos que dejamos en Maracaibo, alejada de las preguntas de por qué desaparecí dos días, de dónde están mi amiga y ex prometido; a meditar... a econtrarme conmigo misma, a compartir con Catrina y tú me sigues...-reclamó.

-Natalia es que yo estoy enamorado de ti-

-¿Cómo puedes estar enamorado en tan poco tiempo?-

<<Para mí han sido años>> pensaba. <<Pero no puedo decírselo, desconfiaría aún más de mí. ¡Eso es! Confianza, debo ganarme su confianza de nuevo>> mientras miraba perdidamente los ojos claros de ella.

-¡Ves! ni siquiera puedes responder-

-Sabes, Natalia. Esto ha sido un torbellino para mí también, pero si de algo estoy seguro es de que quiero casarme contigo. Lo digo en serio. Jamás había conocido a una mujer tan asombrosa como tú, no necesito pasar años conociéndote para saber que eres la indicada para mí. Sólo quiero estar a tu lado. Pero si lo que quieres es tener tu espacio y estar aquí en la Sierra de Perijá matando mosquitos y meditando con Sabrina entonces yo lo entenderé y estaré en Maracaibo esperándote cuando decidas regresar-

-Se llama Catrina, y quizás no regrese, no lo sé. Pero jamás voy a averiguarlo si me sigues persiguiendo. Debes entender que no está bien que me sigas y si no puedes confiar en mí, yo tampoco puedo confiar en ti-

<<Y allí está ella hablando de confianza. ¡Estamos tan conectados! Casi hace que me olvide que lo que más deseo en este momento es matar a Carolina>>

-Está bien, Natalia... lo siento mucho. Hasta luego- le habló con tristeza en los ojos.

-Hasta luego, Omar- lo vio alejarse a su auto en la carretera y luego dio media vuelta y se acercó a su amiga quien estaba sacando la carpa que estaba metida en la bolsa negra.

-Oh... espera, ¿crees que es buena idea dormir aquí?- inquirió.

-¿Dónde vamos a dormir entonces? dijiste que querías estar en contacto con la naturaleza-

-Bueno, mi plan era venir aquí, meditar y conectarme con la naturaleza y luego ir a dormir en un hotel-

-¡Vaya! Creo que entendí mal. Bueno, te mostraré algunas posiciones de yoga mientras atardece y luego vamos al hotel, ¿te parece?-

-Bien- Natalia respiró profundo y miró al horizonte, encontrando taciturnos colores rosa y miel al rededor del naranja sol. <<Qué hermoso. En Maracaibo se me olvida mirar el atardecer>> pensó intentando sosegarse, pues a pesar de estar rodeada de verde y los colores del final del día, se sentía observada. Miró en todas direcciones notando que el auto de Omar ya no estaba allí.

-Natalia, debes tranquilizarte, pareces tensa- le aconsejó Catrina. Ella asintió y luego procedieron a hacer estiramientos y posiciones de Yoga. 

<<Alguien me está mirando>>

Un ruido llamó su atención, entonces volvió a la posición erguida.

-¿Pasa algo, Natalia?-

Sonó un disparo y luego un grito.

Natalia ServidaWhere stories live. Discover now