CAPÍTULO 7

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Con el diablo adentro

Sara entro por la puerta y me miró fijamente con una mano detras de ella, el miedo atenazaba mi estómago así que lo aparte y corrí con Annie en brazos de vuelta al despacho de Carlos, allí la puerta tenía doble cerrojo, coloqué a Annie en la cunita del despacho de Carlos busqué las llaves con frenesí y me fui no sin antes prometerle a Annie que volvería con ella y me fui cerrando con llave. Cuando salí me encontré con Sara mirándome fijamente...

-Entregame las llaves ahora Allison- dijo arrstrando las palabras y mostrándome el arma de fuego que había en su mano encajando la pistola en mi abdomen, tenía que hablar aunque sabía que mi voz reflejaría lo asustada que estaba pero contra todo pronóstico mi voz sonó fuerte y clara:

-No, Sara- su mano tembló con todo y arma contra mi estómago pero en un nuevo arranque de furia levantó su mano y ahora la pistola me apuntaba directamente a la cabeza; estaba asustada, necesitaba estar calmada, mi calma se fue al traste cuando golpeó la puerta y la empujé, ella trastabillo en un intento de recuperar su precario equilibrio trató de arremeter contra mi pero me moví más rápido que ella y corrí en dirección a la cocina, pero fue mi error fatal...

Estaba arrinconada, cuando ella llegó a la cocina lo primero que hizo fue golpearme la cabeza con el arma, me dolía horrores tanto que casi veía estrellitas, me siguió golpeando hasta que dejé de sostenerme de la encimera y me caí, ella continuó con la diferencia de que ahora me pateaba; se quedó mirando el cuarto donde estaba Annie y yo aproveché para levantarme volverme a sostener de la encimera y arrearle un buen golpe en la boca del estómago, ella se dobló inhalando y exhalando hasta que se puso derecha de nueva cuenta y me golpeó el rostro.

-¿Porque has venido maldita sea?- pregunté con la cara dolorida.

-¿Porque?- soltó una carcajada vacía- porque tu y la mocosa que nunca quise tener y me deshice de ella se aparecieron frente a mi chico y me arruinaron todo por eso perra. ¿Te hacen falta más razones?-dijo al tiempo que le quitaba el seguro al arma y la apuntaba hacía mi. De algo no me quedaba duda después de ese discurso: Sara tenia el diablo adentro para haber abandonado a Annie y sentirse cómoda con lo que hizo.

-En realidad no son razones lo que me acabas de decir para que vengas a golpearme- dije con furia, la adrenalina de nuevo corría por mis venas, levanté la pierna derecha para patearle la cintura y descontrolarla, mi golpe falló y lo único que me gané en mi intento fallido fue una bala en la pierna... El dolor era ensordecedor tanto que no escuché llegar a Santiago y llamar a la policía, Sara sacó una jeringa de su pantalón de chándal, dentro de ésta había un liquido transparente que se inyectó sin ningún cuidado en el brazo para luego al ver que yo me levantaba para golpearla se agachó y presionó con fuerza la herida en mi pierna, mientras que tomaba un salero y lo vaciaba sobre la herida en carne viva, grité y grité hasta que ya no tuve voz mientras tanto Sara huía de la casa y la ambulancia junto con la policía y Carlos llegaban a la casa, mi conciencia era casi nula cuando Carlos se arrodilló a mi lado y lo único que pude murmurar fue:

-Annie sigue en tu despacho- acto seguido le tendi las llaves y mi conciencia se agotó dejándome en completa oscuridad

EL AMOR DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora