CAPÍTULO 19

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La vida sigue

Carlos estaba en la entrada vestido con un pantalón de mezclilla oscuro y una sudadera entallada azul, había olvidado lo guapo que era, sus ojos me buscaron entre la gente de la sala de espera hasta que me encontraron, yo estaba sentada con Annie en mis brazos jugando con un muñequito de legos cuando su mirada de dirigió a Carlos quien ya estaba a unos pasos de nosotras.
-Hola Alis-dijo y Annie inmediatamente se puso de pie.
-¡Papá Carlos!- gritó emocionada y corrió a abrazar sus piernas.

-¡Annie! Como has crecido- los miré un rato hasta que él me miró y bajó a Annie, me levanté, lo abracé y volví a llorar, él simplemente me acarició la espalda, lo extrañaba y ahora ese sentimiento se había fucionado con lo que pasaba con Kian. Cuando me hube calmado me separé de él y por fin hablé:
-¿Qué estás haciendo aquí?- pregunté, era extraño que él supiera de lo sucedido.
-Yo recibí una llamada de que él estaba aquí-bien eso no me lo esperaba.
-Oh-fue todo lo que atiné a decir-Oye ¿Podrías quedarte con Annie mientras voy a ver a Kian?- Él simplemente asintió, me sentí impotente cuando llegué a la recepción a preguntar por él, la señorita dijo que ya estaba en su habitación y podía pasar.
Fue horrible, cuando llegué parecía que simplemente dormía en la cama, lo único fuera de lugar eran las máquinas pitando y esa venda en su cabeza, me senté a su lado y tomé una de sus manos.
-Kian estoy aquí, si me escuchas aprieta mi mano- sollocé y esperé a que lo hiciera, parte de mi lo quería, necesitaba esa respuesta- por favor- volví a tratar, su pecho subía y bajaba regularmente, me hice un poco más adelante y lo abracé- No puedes dejarme entiendes- le dije llorando sobre la manta que lo cubría-prometiste que estarías conmigo, que cuidarias de Annie y de mí, te necesito- no podía parar de llorar y ver así a Kian me partía por dentro.
-Alis- escuché la voz de Carlos- Han dicho que podíamos quedarnos aquí con él- Annie estaba en los brazos de él e inmediatamente que vio a Kian se soltó a llorar- Calmate Annie aquí sigue, ¿quieres abrazarlo?- ella simplemente asintió.
Pasaron las horas y vrr así a Kian me traía muchos recuerdos...
Otra vez en el suelo frente al casillero había un montón de notas con insultos hacia mí, no me la creía y entonces sucedió una idiota del instituto me tiró encima una soda fría, joder la sensación era horrible y peor aún el frío que se sentía estando mojada, pero sobre todo eso estaba la sensación de humillación que quedaba.
-¡Maldita sea, Als! ¿Quién te hizo esto?- dijo Kian, era el mariscal de campo y el único que no me trataba mal de los pertenecientes al equipo, las lágrimas ardían en mis ojos, sentía ese dolor que sientes al contener mucho las lágrimas- ven vamos a que te limpies-
Carlos se llevó a Annie a descansar a la casa y yo me quedé sola en el hospital con Kian, ya era de noche y yo aún tenía miedo de que si cerraba los ojos Kian se desintegraria frente a mí. Miré el reloj de la pared, eran las 11:11 Kian diría que es hora de pedir un deseo y yo deseaba con todas mis fuerzas que se despertara, que sus ojos claros volvieran a mirarme.
-Tienes que despertar Kian si no ¿quien me ayudará ahora a limpiarme las sodas que me tiren encima? Kian por favor-la tristeza me embargaba, no podía hacer nada...
No supe en qué momento me quedé dormida, pero cuando me desperté un aparato pitaba, de prisa corrí por el mando de ayuda... luego todo se realentizo, los doctores llegando, tomando signos vitales, me corrieron de la habitación pero el incesante pitido no abandonaba mi mente, me senté en el suelo y esperé hasta que se abrió la puerta, la mirada del doctor me lo dijo todo... Kian había fallecido...
Irrumpí en la habitación donde Kian estaba y el doctor me concedió unos minutos.
-¡Te odio, Kian!-golpee su pecho con los puños y permití que las lágrimas corrieran por mis mejillas-¿Porque me dejaste? ¡Tenías que quedarte- Grité todo lo que pude y golpee a Kian una y otra vez...
Los trámites para que entregarán el cuerpo de Kian fueron lentos, llamé a Carlos y ni siquiera tuve que hablar porque él simplemente dijo "Voy para allá".
Cuando nos lo dieron los padres de Kian ya habían llegado y esperaban en la sala de espera conmigo, el doctor cuando nos entregaron los papeles dijo que Kian había muerto de un colapso, todos sus órganos simplemente se rindieron.
-Familiares del señor Kian Henderson-dijo una enfermera que se detuvo en la entrada de la pequeña salita, nos levantamos todos u fuimos con la enfermera-ya pueden pasar por él- fue todo lo que dijo y se fue.
No hubo velorio, Annie lloró mucho rato, yo apenas podía ver, las lágrimas lo empañaban todo, los padres de Kian decidieron ponerlo en la parcela familiar. Dolía muchísimo saber que se había ido, que ya no volvería a llegar de sorpresa a nuestra casa a preparar hotcakes para el desayuno, no volvería a jugar a las barbies con Annie, no volvería a abrazarme y susurrarme qur me amaba.
Llegamos al cementerio una hora después de que nos entregaran el acta de defunción y a Kian, yo había ido a cambiarme de ropa junto con Annie, yo me puse un vestido negro que me había regalado él y que nunca había usado.
-¿Cuándo te vas a dar cuenta que Annie tiene que entender que Andrew no te quirre?-dijo Kian sentado en el borde de la cama, yo estaba un poco resfriada después de que Andrew olvidara recogerme en el trabajo, llovía a mares y yo no había llevado una sombrilla ni impermeable-vamos bebe todo ese té, casi podria jurar que después de beberlo estarás mejor- bebí todo el contenido de la tasa lo más rápido que pude porque tenía un horrible sabor.
Una hora después me encontraba mejor, Kian había bajado por algo mientras yo me vestía.
-¿Puede pasar?-preguntó al tiempo que yo terminaba de ponerme un blazer morado.
-Pasa- dije acercandome al tocador para peinarme y maquillarme, por el espejo vi que Kian dejaba algo en la cama y se acercaba hasta que sus manos rodearon mi cintura y depositó un beso en mi hombro un poco desnudo, todo sin despegar sus ojos de los míos a través del espejo, sus brazos me hicieron dar la vuelta para mirarlo y entonces me besó, fue un beso lleno de amor, que desembocó en pasión, sus manos abandonaron mi cintura, una de ellas fue hasta mi trasero atrayendome hacia él cerrando el espacio entre nosotros, su otra mano se dirigió a mi nuca y enterró sus dedos en mi cabello, luego la mano que estaba en mi trasero se dirigió hacía mis senos pir debajo del blazer. Un gemido escapo de mi garganta pero se perdió en la boca de él. No fue hasta que sus manos empezaron q quitarme el blazer que reaccioné: estaba casada, tenía una hija y un marido bueno al quw no quería pero aparté el pensamiento al mismo tiempo que me apartaba de Kian.
-No puedo hacer esto-dije sintiendo los labios adormilados por los besos-tengo un esposo y una hija hermosa-suspiré y las lágrimas amenazaron con salir-no puedo hacer esto, Andrew no...-
-¡No me digas que no se lo merece!-explotó-¡Mírate Allison otra vez estas sola!, ¡él te engaña! ¿porqué no te das cuenta?- su comentario me dolió y me hizo daño y en consecuencia las lágrimas volvieron.
-¡Cállate!-le grité-¡Eso no es cierto! Solo estas celoso porque yo me casé con él y no contigo, fuera de mi casa-
-Bien pero cuando estés lista y dejes de estar ciega ponte eso y lo sabré- Dicho esto salió hecho una furia. Revisé el paquete, allí en la bolsa había un vestido de tirantes negro entallado en la parte del corpiño y la falda amplia y con muchos fondos para hcerla más amplia, era hermoso pero sabía que nunca lo usaría... hasta hoy, lo llevaba combinado con un corazón de cristal negro y un pequeño saco ajustado negro, hasta ho también me di cuenta de que después de graduarme de la preparatoria jamás había vuelto a comprar algún vestido negro, hablé con la madre de Kian y le pedí hablar ante los demás, Kiqn se lo merecía, él era increíble. La ceremonia fue rápida o así fue para mí pero jamás olvidaré lo que dijo el sacerdote:
-Recuerden hermanos la vida es una escuela a la que vamos para después llegar siendo mejores a otro lugar, y debemos de alegrarnos porque nuestro hermano se ha graduado primero y dejó huella en muchos de ustedes...- después de eso siguió hablando pero yo no podía oir nada más. Luego de que terminara todos pasaron a despedirse de él, cuando fue mi turno con Annie en brazos y Carlos a mi espalda lo vi en su ataúd, se veía bien, demasiado bien y verlo así me recordó a cuando Carlos se casó, la forma relajada que tenía su rostro al dormir era la misma de ahora, tuve que reprimir las ganas de acariciar su rostro para que sonriera, Annie en mis brazos se removió:
-Mami el tío Kian está dormido ¿verdad?- su vocecita me hizo abrazarla más.
-El tío Kian ahora está en un mejor lugar, nena-.
Luego de eso nos trasladamos ql cementerio donde el sacerdote comenzó con el rito de sepultura y luego vinieron las palabras de la gente que lo conoció hasta que fue mi turno.
-Kian fue mi amigo, fue mi héroe varias veces, fue un padre de mentiras como él decía para mi hija Annie, él fue increíble, me ayudó cuando todo estaba mal, fue un faro en la oscuridad, fue un ancla en la realidad, y siempre estaré en deuda por eso, siempre le deberé promesas, le deberé días de campo, le deberé muchas cosas y ahora se ha ido pero quiero que sepan que conocerlo fue lo mejor que me pudo haber pasado, fue como haber encontrado agua en un desierto, jamás olvidaré las cosas que hicimos juntos, lo mucho que lo quise y lo mucho que lo extrañare-se me quebró la voz y con eso terminé, sus padres y yo tiramos los primeros puños de tierra cuando él ya estuvo abajo. Volví a mi lugar, la gente fue a dejar arreglos florales a la tumba después de que fue sellada.Abracé a Carlos con Annie en mis brazos, lloré y seguí llorando hasta que escuché:
-Alejate de mi esposa y mi hija- era Andrew y venia con unas gafas de sol enormes.
-Por Dios estás ebrio-dijo Carlos abrazandome con más fuerza, Andrew me tomó con mucha fuerza por el brazo y me arrancó de los brazos de Carlos Annie simplemente lo miró raro-Le estás haciendo daño-dijo Carlos mortificado.
-No te preocupes estoy bien de todas formas ya nos vamos- dije y miré a Andrew quirn claramente estaba ebrio hasta las chanclas-Vamonos por favor- Andrew asistió y sonrió, una sonrisa que me causó pavor. Cuando ya nos habíamos empezado a alejar volví mi mirada en dirección a Carlos y articule un lo siento y él contestó con un encogimiento de hombros. Cuando llegamos a la casa me di cuenta de algo que había pasado por alto, la camisa de Andrew tenía lapiz labial en el cuello cerca del lugar donde va la corbata... y eso fue la gota que derramó el vaso.

EL AMOR DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora