CAPÍTULO 2

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        ¿Problema?

No entendía que había de malo en que él fuera a ser padre, para mi esa noticia era maravillosa.

-¿Qué hay de malo en eso-dije mirando directamente sus ojos.

-Que no estoy casado ni listo- su mirada bajó y entonces comprendí; Carloz estaba asustado.

-¿Cuándo va a nacer?-pregunté llena de emoción

-Mañana-dijo en un tono angustiado-Pero su madre no la quiere- sus palabras fueron como un golpe y comprendí porque se encontraba angustiado.

-Quedatela-

-¿Qué? Acaso estás loca, yo no sería un buen padre para ella y...-

-Basta- ls dije en tono de reproche-quien dijo que te voy a dejar hacerlo solo-tomé su mano y la estreche entre la mía como soliamos hacerlo.

-Gracias-murmuró y me abrazó fuertemente.

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Llegamos al hospital donde se supone estaba la pequeñita, llegamos a las puertas del quirófano donde nos dijeron las enfermeras, los gritos por desgracia se oían hasta afuera y Carlos tenía una cara de pesar horrible.

-¿Cómo se llama la mamá de tu hijo o hija? -pregunté en un intento por distrerlo de lo que escuchaba del quirófano.

-Ella se llama Sara-murmuró pero su mirada se iluminó y la despegó de la puerta del quirófano.

-¿Cómo se conocieron? -

-Fue en una cafetería, yo trabajé allí para pagar el departamento y mi comida, ella siempre iba por un café y panquesitos, yo...-hizo una pausa y cerro sus ojos como recordando-a mi me gustaba ella así que un día le dije que la invitaba al cine y ella con sus ojos oscuros con motas verdes como estrellas me sonrieron y así empezó todo- su voz se escuchaba cargada de amor.

-Eso es muy lindo- murmuré.-Carlos-

-¿Qué pasa?-

-Quédate con la niña o niño-en cuanto lo mencioné su rostro palidecio.

-Pero yo nunca tuve un padre y Sara no se quedará conmigo estaré solo-.

-Y entonces yo estoy de adorno, yo no pienso regresar a Madrid- una sonrisa amplia se dibujó en su rostro.

-Bien en ese caso vamos a realizar el papeleo para la patria potestad.

Para cuando terminamos el papeleo nos mandaron llamar porque la pequeña ya había nacido. Literalmente corrí con Carlos hasta los quirófanos, para cuando llegamos la enfermera salía con una maraña de cobijas rosas. Inmediatamente Carlos tomó en brazos aquel pequeño ser, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras observaba a la pequeñita con tanto amor, ahora políticamente yo soy la madre de ese pequeño ser entre los brazos de Carlos.

-Creo que está ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida-dijo Carlos con su voz quebrada de emoción-Y yo que creí que sería un problema-.
Fue el mejor día de octubre que podía recordar.
12 de octubre del 2008

EL AMOR DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora