Capítulo 8

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Shaoran:

Despierto después de haber descansado como nunca, los rayos del sol entran y se filtran por las cortinas de la ventana.

Miro mi reloj y ya son las 7 de la mañana, me siento, froto mis ojos y las imágenes de la noche anterior me golpean.

No fue un sueño, Sakura cocinó para mí, estuvimos juntos y fue tan ameno ese instante que quise que no acabara nunca. Tenerla tomando su cintura y mis dedos erizando su piel, me demuestran que no estoy lejos de llegar a ella.

Sonrió como idiota y cierro mis ojos, está noche ahora seré yo quien la sorprenda, hace tiempo que no salgo a un lugar tranquilo dónde conversar y quién sabe tomar algo y pasarlo bien.

No sé si ella será asidua a esos lugares, si se siente un poco cohibida puedo…

Mi celular suena y veo el identificador, suspiro con fastidio es Meiling, desde el día que la saqué de mi oficina no he sabido de ella, tendré que cambiar mi número y el de la casa, no puedo permitir que llame y moleste a Sakura.

De mala manera respondo, está será la última vez que hablo con ella.

—¿Qué se te ofrece?—pregunto sacando las sábanas y levantándome de la cama.

—Xiao, no me hables así, te extraño—cierro los ojos, su voz es muy extraña—. Quiero verte, ven a mi departamento, en el fondo sé que me extrañas.

—Meiling ese día en mi oficina te deje las cosas en claro, no vamos a vernos más, no pienso engañar a mi esposa contigo ni con nadie—mientras digo eso busco mi ropa, es momento de trabajar y hoy espero que la reunión no se alargue—. Eres bella y joven, puedes enamorarte y conseguir a alguien que te ame.

—¡Nunca podré hacer eso, te quiero a tí!—el sonido de un cristal rompiéndose en pedazos me alarma—.¡Nunca dejaré que seas feliz con esa desgraciada, te acordarás de mi Xiao-Lang!

Antes de decir algo la llamada fue colgada, muevo mi cabeza, Meiling está muy mal, ella no me ama, solo está encaprichada conmigo.

Aparto esos pensamientos de mi cabeza, de seguro ese cristal roto fue para llamar mi atención. Entro a ducharme el agua me relaja y otra vez Sakura está en mis pensamientos. Sonrió, tengo que pensar muy bien lo que me pidió anoche.

En el fondo tengo miedo que vuelva a verse con ese idiota de su ex, pero tampoco puedo cortarle las alas, debo dejarla libre y si su deseo es estudiar y terminar su carrera entonces puede hacerlo.

Termino de cambiarme y salgo con dirección al comedor. Pero mi instinto me grita que la vea antes de irme, decirle que puede salir de casa, y averiguar todo para retomar sus estudios.

Toco la puerta con suavidad, un adelante de su parte escucho. Me asomo con lentitud, está sentada en su cama mirando la ventana, me mira y yo le sonrió con dulzura, en sus mejillas veo un leve sonrojo.

Quiero estrecharla en mis brazos y devorarla a besos.

—Buenos días¿Puedo pasar?—pregunto.

—Si claro—me responde con vergüenza.

Me acerco a ella y lentamente me siento en el filo de la cama. Su mirada sonrojada pero a la vez de tristeza me rompe el corazón. Anoche fui un poco hosco con ella. Mis celos, mi inseguridad y sobretodo el temor de perderla hablaron por mí.

—Sakura—hablo con suavidad, pero ella no me mira—. Discúlpame por lo de anoche, tienes razón, no puedo prohibirte que hagas lo que deseas—capto su atención y me mira, sus ojos verdes brillan y continúo hablando—. Si deseas terminar de estudiar adelante, además cuando te casaste conmigo no sabía nada de tí y viceversa. Quiero verte sonreír.

𝓤𝓷 𝓐𝓶𝓸𝓻 𝓟𝓸𝓻 𝓒𝓸𝓷𝓿𝓮𝓷𝓲𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora