Capítulo 13

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Shaoran:

Estoy dirigiéndome en mi auto a la empresa, después de dejar a Sakura es que me toca seguir en el trabajo. La voy a sorprender cuando sea la hora de su salida.

En la dirección pedí que me brinden sus horarios, sé que suena como si la estuviera vigilando pero no puedo evitarlo, solo deseo estar cerca de ella, ganarmela para que al final sea completamente mía.

Solo poner un pie en la empresa hay un gran alboroto, frunzo el ceño por ello, mis subordinados al verme corren a mi encuentro, mi secretaria se acerca en medio de todos y le pido que me explique qué pasa.

—Señor Li, el señor Fukuy ha llegado y está en su oficina—eso me molesta—. Esta con unos matones que intimidan a todos.

—Llama a los seguridades¿Como han permitido que ese tipo ingrese como si nada a mi empresa?—camino hacia el ascensor, si él piensa que va a venir a joderme está muy equivocado—. Comunícate con la base de seguridad de Tokio y que me envíen a diez hombres.

—Entendido—se va hacia la recepción, no es que tenga miedo pero para que haya llegado con matones solo significa algo; nuestra sociedad ya se disolvió y ahora busca venganza.

El ascensor se abre y unos tipos de negro están en la puerta de mi oficina, al verme se me acercan y me rodean, juro que esto no se va a quedar así, sin verlos entro a mi oficina encontrando a ese tipo sentado en mi escritorio y fumando un puro. Al verme se pone nervioso y sonríe con insuficiencia.

—Querido Li, disculpa por llegar de esta manera pero he venido para que me digas tú mismo o más bien me expliques el porque has disuelto nuestra sociedad—lo último lo dice casi gritando—. Quiero escuchar que es un error porque si no lo es lamentablemente no me haré responsable de lo que ocurra.

—¿Me está amenazando?—su carcajada burlona me pone furioso pero detengo mis instintos asesinos riéndome a la par con él, para que luego mi mirada se vuelva sombría y tan fría—. No es ningún mal entendido, querido ex socio.

Vuelve a reírse con más ganas para lentamente cambiar su semblante y sus ojos volverse perversos, en ese momento sus matones ingresan, son cinco en total, no les tengo miedo ya que es claro que este tipo ha tenido la osadía de entrar como un matón a mis dominios.

—¡Anulalo!—grita como loco—¡No hagas que mi gente te de una paliza!

—No le tengo miedo, como se atreve a venir y amenazarme en mi oficina, al contrario soy yo el que les dará una paliza a ustedes—la puerta se abre dando paso a diez hombres pulcramente vestidos con ternos negros, lentes y zapatos negros brillantes, veo de reojo a ese tipo y su rostro es pálido, así como sus subordinados—¿Que decías Fukuy? No escuché bien.

Antes que diga algo los matones salieron huyendo pero mis hombres son más rápidos y los inmovilizan en el suelo. Veo a Fukuy y está tan pálido que en cualquier momento se va a desmayar.

—O- oye Li, debemos hablar como gente civilizada¿No te parece?—ahora me siento en mi escritorio al ver sometido a este infeliz—. Mi hija es una muchacha atolondrada, por ella no vas a cancelar esto y…

—¿Una muchacha atolondrada sería capaz de usar un afrodiasico para dormirme y luego envolverme en sus brazos?—mascullo furioso—¡Agradece que no arruino su vida así como los de cada uno de tus integrantes!

El tipo pasa saliva, me levanto enojado, ya no quiero verlo acá, pensaba darle una compensación por haber anulado el contrato pero con esto que acaba de hacer ha cavado su propia tumba.

—¡Por favor, Li, te juro que mandaré a Warnia lejos de acá, no dejaré que se te acerque pero no me hagas esto!—esta tan desesperado.

En el pasado hubiera mandado a destruir a cualquiera que se queria pasar de listo conmigo, con un solo chasquido de mis dedos automáticamente destruía empresas y apellidos importantes. Aunque aún conservo esa posibilidad ya no me nace hacerlo.

𝓤𝓷 𝓐𝓶𝓸𝓻 𝓟𝓸𝓻 𝓒𝓸𝓷𝓿𝓮𝓷𝓲𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora