Volkacio Valentine

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Día 5 y 6 del Volkacio Valentine
Advertencia: Mucho texto, escúchenlo con está canción  https://www.youtube.com/watch?v=FIH9L-V6ObE

Se había despertado con aquella tonada en su cabeza, no podía recordar dónde la había escuchado. No podía sacarse aquella imágen de su cabeza por más que él mismo se proclamaba que no le daba vuelta al tema sí lo hacía. Suspiró golpeando el manubrio con sus dedos al ritmo de la música.

Aquel día debía ir hasta las oficinas del FBI por un caso que se había presentando y que necesitaba saber si Horacio tenía conocimiento de este, hace poco había aparecido una poderosa mafia Italiana que se fue renombrado de a poco hasta alcanzar un gran poder en una semana, lo cual era impensado en una mafia que recién empezaba dentro de los Santos, ni siquiera los verdes habían alcanzado tanto poder, ni The Union en su tiempo.

Aparcó frente a la oficinas, sin embargo algo llamó su atención, Horacio se encontraba en las escaleras abrazando a Collins quién le hacía caricias en el cabello, no supo porque un malestar se instauró en su estómago y su ánimo decayó deprisa. Con Horacio eran amigos, claro él ya podía llamarlo de aquella manera aunque no sabía si él de cresta lo miraba de la misma manera; recordó entonces el beso que se habían dado Collins y Horacio en aquella disco cuando lo sacó a bailar.

Carraspeo un poco para poder tomar aire, lamentablemente desde lo ocurrido con Pogo y sus años en coma lo habían hecho un poco más... sentimental.

Cuando estaba triste se notaba, aunque siempre se había notado cuando estaba enojado ahora era muchísimo peor, cuando estaba frustrado también se notaba, pero se notaba muchísimo más cuando estaba triste, porque su soledad volvía aparecer. Ni cuenta se dio cuando Collins subía a su coche y Horacio se quedaba allí para despedirlo, era hora de volver al trabajo.

Bajó de su auto para cerrar la puerta, se acomodó la gabardina que llevaba puesta y cerró su auto para caminar hacia las escaleras donde Horacio se había quedado esperándolo.

—Vaya, pensé que me estaba espiando para ver si hacía un buen trabajo, buenos días Súper bombón.

Volkov negó con su cabeza, movió un poco su cabeza en forma de saludo.

—Priviet Horacio ¿Puedo conversar con usted? ¿O está ocupado?

Miró como Horacio alzaba una ceja y ladraba su cabeza con duda.

—Volkov ¿Te encuentras bien? Te noto un poco triste
—Todo bien, no se preocupe.
—Esta bien ¡Pero antes! ¿Vamos a conocer las instalaciones? No te quitaré mucho tiempo.

Volkov negó con su cabeza bastante divertido, Horacio no cambiaba en el hecho de emocionarse aún con cosas tan pequeñas.

—Está bien, vamos.
—Ay, me sentiré de la misma manera que cuando le di un paseo a Willy por las instalaciones de la antigua comisaría.

Horacio se giró para subir rápidamente con Volkov siguiéndole, los dos entraron a las dependencias, habían algunos cadetes de la LSPD puesto que de la misma manera debían aprender a trabajar con la FBI, también algunos nuevos cadetes de la FBI y por últimos unos cuantos sheriff recién enviados al norte.

—Buenos días Superintendente, buenos días Director -saludo un cadete-
—Buenos días -se apresuró a saludar Horacio-
—Priviet -murmuró Volkov en su clásica seriedad-
—Alumno, estaré en una reunión con el superintendente, cualquier cosa me avisas por la frecuencia de radio
—10-4, señor.

El ruso se sorprendió que Horacio no lo hubiese llamado "súper bombón" frente al alumno, pero supo inmediatamente que Horacio era un profesional en su trabajo y que además, ahora como la otra máxima autoridad, no podía dejarlo en vergüenza frente a los demás.
Horacio le hizo una seña con su cabeza hacia la derecha para que caminará.