Volkacio Valentine

Mensajes.

-¿Enserio debes irte? -preguntó el de cresta mirando a los ojos al ruso-

-Sabe que sí, Horacio, pero volveré pronto, lo prometo

Asintió sin decir nada más, hasta que sintió como tomaban de su mano para darle una caricia.

-No se coloque así, esta vez volveré ¿Sí? Además Greco y Kovacs te ayudarán en la misiones estos días o en su caso, te acompañarán cuando suceda algo ¿Bien?

Horacio asintió con una pequeña sonrisa hasta que escuchó la voz de Greco detrás de él.

-Ya dense un beso, que solo me faltan unas galletas para ver esta novela de las 19.00, macho.

Kovacs se colocó a reír mientras que Volkov rodeó los ojos, Horacio se sonrojo un poco.

-No se meta, Greco.

-Ni si miti, Grici -murmuró el de Barbas haciendo reír a Horacio- ya vete, Víktor, que sí sigues aquí me harás llorar a mí y a Horacio y además, aprovechas y vuelves pronto.

Horacio asintió ante eso, le daba la razón a Greco.

-Cuídense y cualquier cosa me llaman.

-10-4 superintendente -murmuraron los tres, Volkoc quiso reír porque los tres parecían niños-

Víktor tomó su bolso que estaba en el suelo para cruzarlo por su pecho, se acercó a Horacio y junto sus frente mirándose a los ojos

-Llámame si sucede algo, intentaré volver pronto.

Se alejó un poco de Horacio aunque antes de bajar le regaló un beso en la frente. Minutos después desapareció por las escaleras.

-Me tendrás que contar todo, Pérez, eh. -murmuró Kovacs a su lado derecho-

-No seas chismoso, comisario.

-No, no. A él no es el único que le debes contar cosas, eh. -respondió Greco.

Una carcajada salió de sus labios, bueno, al parecer tendría tarde de marujeo con esos dos. Se encontraba en la oficina de Kovacs tomando una taza de té mientras reían por las cosas que contaba Greco sobre sus vacaciones en Las Vegas. Su celular sonó por lo que lo sacó de su chaqueta para saber quién era el que le enviaba un mensaje, grata fue su sorpresa cuando se dio cuenta que era Volkov.