Extra III: Headcannon

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—¡Corre!
—¡No, Viktor!
—¡Sal de aquí, Horacio! ¡Llévate a Zaria y Aleksander!
—¡No te voy a dejar, Viktor!

Pero entonces Conway aparecía junto a Dominic para poder sacarlo de aquel lugar, tomando a cada niño que gritaba el nombre de su padre Víktor el cual disparaba contra aquel hombre, Gustabo abrazo por detrás a Horacio para sacarlo de allí cuando escuchó un balazo provenir de otro lugar, cuando se fijó era Arizona con un arma en su mano riéndose vilmente, giró su mirada hacia Volkov y vio como este caía con esa bala en su cabeza.

—¡Viktoooooooor!

Gritó con dolor.

Algo lo hizo saltar, cuando abrió sus ojos se encontraba en una habitación a oscuras, unos brazos rodeando su cintura y respirando suavemente a su lado. Había sido una pesadilla, estaba bien y estaba en casa.

Suspiró dándose vuelta mientras miraba aquel ventanal que tenía las cortinas cerradas pero que daba para el lado de la piscina de su casa. Odiaba esas noches donde su mente le jugaba aquella mala pasada de ver morir a Viktor, no podía con ello, habían noches en que su mente le jugaba en el sueño que era él vestido de Pogo matando a su esposo y sus hijos, otras donde Víktor nunca despertaba del coma.

Y cuando sucedía eso él se derrumbaba, como aquella noche que se hizo bolita y comenzó a llorar intentando ahogar su sollozos. Pero fue imposible.

—Solntse ¿Estas bien?

Horacio negó con su cabeza y Víktor prendió la lámpara que estaba más cerca para pasar una mano por su rostro y despabilar un poco. Horacio seguía llorando por lo que lo abrazó fuertemente.

—Tranquilo, nada de eso fue real, estás acá, Zaria está en casa de Greco durmiendo con su amiga y Aleksander está en su cuna, amor.
—Te perdía a ti, y yo...Se sintió tan real, Vik.

El ruso giró un poco el cuerpo de Horacio para que lo mirara secando sus lágrimas.

—Todo está bien ¿Sí? Estoy acá, contigo y no me voy a ir nunca.

El de cresta asintió para abrazar al ruso quién le empezó hacer cariño. Víktor sabía que cuando esas noches ocurrían Horacio no dormía.

—Ve a buscar tu maquillaje -murmuró-
—¿Para qué?
—Tu sabes para qué

Respondió el ruso separándose y mirándolo con una sonrisa, pero había encontrado una forma de ayudar a Horacio con sus horas de sueño y era dejar que lo maquillara como quisiese, una vez incluso lo había maquillado como un personaje de anime y le había encantado. Nunca se le había pasado por la mente dejarse maquillar pero era una de las cosas que calmaba a Horacio y por ayudarle, iba hacer lo imposible.

Horacio asintió más calmado para levantarse, Víktor se sentó en la cama y Horacio después se sentó para tomar su celular.

—¿Personaje de alguna película?
—Mmmh, elige tu, yo elegí a Itachi la vez pasada.

Horacio asintió para empezar a buscar hasta que sonrió tomando su pintura.

—¿Que elegiste?
—Será sorpresa.

Sacando todas sus pinturas, brochas y maquillaje en polvo y líquido Horacio comenzó su tarea de empezar a maquillar a Volkov, inclusive también se maquillaba él aunque sus maquillajes se fuese arruinados por los besos que se daban o por los ataques de risa que le daban cuando uno ayudaba al otro a maquillarse, Víktor también ayudaba al maquillaje de Horacio.

El ruso en un momento colocó música en volumen bajo para no despertar a su hijo aunque sabía que este no se despertaría luego de tomarse la última leche. Entre cantos y bailes siguió su travesuras hasta terminar.

—¡Listo!

Dijo Horacio para mostrarle su creación, los había maquillado como el gato de Cheshire de Alicia y él se había maquillado como el sombrerero loco.

—Ven para sacarnos una foto -comentó el ruso para tomar su celular y poderes colocar la cámara para sacar una foto de esa creación.

Le encantaba ver a Horacio así, tranquilo, feliz y radiante. Desde hace algún tiempo no lo veía así y era por el hecho de que Horacio le había dolido demasiado perder a Gustabo hace dos años, lamentablemente su hermano había decidido por los dos y porque ya no podía seguir viviendo de esa manera.

Había tomado la decisión más valiente pero cobarde para algunos, todo lo que quedaba decir era que Gustabo era al fin libre de todo daño.

—Me encanta cómo quedo, gracias amor -comentó Horacio comenzando a guardar su maquillaje-
—¿Por qué?
—Por esto, no muchos hombres dejan que su pareja los maquille.
—Sabes que yo no soy cualquier hombre, Solntse y que haría todo lo que fuese para ver esos ojos bicolores brillar.

Horacio sonrió para darle un beso en los labios y levantarse de la cama para ir a guardar su caja de maquillaje y poder ir desmaquillante al baño, Volkov aprovechó para subir la historia a Whatsapp.

"Mientras tú brilles, todo estará bien, mi Sombrerero. Nunca pierdas tu muchosidad"

Al final del día tanto Horacio cómo Volkov harían de todo para ver feliz al otro.

Y con estos extras damos por finalizado el Volkacio Valentine ¡Me lo he pasado de maravilla! Y espero que les haya gustado

Volkacio ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora