Capítulo 3: Déjà vu

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Martes 20 de mayo, 5 días después de que Braun despertara, 2:00 a

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Martes 20 de mayo, 5 días después de que Braun despertara, 2:00 a.m.

Rose Pov:

  Sin darme cuenta, volví a quedarme dormida en mi escritorio hasta que escuché unos gritos de fondo que terminaron por despertarme. Cada vez se hacían más fuertes y reconocí de dónde venían.

<<Braun>>

  Fui corriendo a su habitación para ver qué pasaba. Otra vez, era un terror nocturno que lo terminaba despertando a gritos.

  -"BRAUN"- le grité para que me reconociera, mientras me acercaba a prender la lámpara de su mesa de luz, pero él seguía aterrado.

  -"¡Braun!"- volví a exclamar. No tuve más remedio que agarrarlo de los brazos y sacudirlo. Eso logró que reaccione un poco, intentando volver a cobrar la cordura.

  -"Tranquilo, estás en el hospital conmigo, no te va a pasar nada."- le repetí, una y otra vez, mientras lo contenía.

  -"Lo siento"- murmuró él, mientras seguíamos en contacto. Noté que empezó a tranquilizarse, lo que me dejó alejarme para responder:

  -"Ya, deja de disculparte. Es solo que es la tercer noche en la que te despiertas así y, de esta manera, no podré enviarte a tu casa pronto."-

  -"No puedo evitarlo, cada vez que cierro los ojos ahí están. Esos malditos demonios"-

  <<Otra vez esa palabra. ¿Realmente no veía que la gente de Paradis también era como él? ¿Tanto les lavó la cabeza Marley que no podía ver que eran iguales? >>

  Lo tomé por los hombros y le dije que era momento de que saque de su mente lo que estaba pensando, sino no iba a poder dormir de nuevo. No se lo veía muy confiado al principio, pero luego de ver que yo no me iba a ir hasta que hablase, aceptó. Me acomodé en su cama y lo escuché. Claramente no me contó todo, pero sí lo suficiente como para que estemos hablando por varias horas.

  Después de un rato, su voz se empezó a apagar hasta que logró dormirse apoyando su cabeza en mi hombro. <<Se veía tan tranquilo que parecía ser otra persona>>

  Traté de acomodarlo sin que despierte para que esté más cómodo. Procuré apagar la luz y cerrar bien las cortinas para que pueda descansar. Me acerqué hasta la puerta y pensé en las cosas que me había contado, parte de lo que vivió... sus recuerdos me dejaron atónita.

(...) 4:00 a.m.

  Si bien era tarde y en unas horas iba a ser de día, todavía me quedaba irme a casa. Así que, me fui a buscar el carro.

  Al llegar, intenté no hacer mucho ruido para no despertar a los vecinos. Subí lentamente las escaleras hasta quedar en mi habitación, donde pasé a darme una ducha para después poder recostarme en la cama. Cuando giré a mi mesa de luz vi una nota:

Muchacho ojos de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora