Diez minutos después ya estabas en tú casa. En tu cuarto. Encerrada por voluntad propia.
Viceroy no había tardado ni dos minutos en llegar en cuanto lo llamaste. El sabía perfectamente que si tu lo estabas llamando era porque lo necesitabas con urgencia. Se apareció allí en un auto que sabías era uno de los de tu padre. No le hiciste caso a l gesto de asombro de Randy al ver al mayor científico de la ciudad y subiste al auto diciendo un leve "Hasta mañana, Randy" que el no respondió.
Ahora simplemente estabas bajo tus sabanas. Queriendo desaparecer. En lo que llegaron. Tu padre y tu madre te cubrieron de preguntas. Tu sólo dijiste que fuiste al cine a ver una película. Y que al parecer las palomitas te habían caído mal. Recibiste un abrazo de tu padre y este te mando a descansar en tu habitación hasta que te sintieras mejor.
Sonreiste, no todo era negro. Tenías una buena familia que te quería.
Y con ese pensamiento caiste en un profundo sueño.
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Ya habían pasado dos días, y no habías ido a clases.
Ya habías dejado de preguntarte ¿Por qué a ti? ¿Por qué había tenido que ocurrirte eso a ti? Si Tu eras buena con el mundo ¿Por qué el mundo no podía ser bueno contigo? ¿Where is the Karma?
Tu padre estaba profundamente preocupado por ti. Cada dos horas de aparecía en tu cuarto, con un termómetro en mano y preguntando te si todo estaba bien. Tú, simplemente le decías que tenías el periodo y que te dolía mucho el vientre. El pobre te veía impotente al saber que no podría hacer mucho más que darte unas pastillas para ayudarte.
Viceroy también estaba preocupado, el sabía que no era cierto lo que le habías dicho a tu padre. Pero lo dejo estar porque el sabía como se ponía Hannibal McFist cuando lo alteraban. Te cubriría de preguntas y sin darse cuenta sólo te haría sentir peor.
Hasta ahora no habías soltado ni una sola lágrima. Te sentías tan rota y cansada que no tenías fuerza ni para eso.
En la escuela nadie sabía que pasaba. Viceroy se encargó de decirle al director que estabas de viaje y que tardarías un tiempo en volver. Pero que seguirlas haciendo tus tareas vía Online. De hecho, tuviste tu examen de Física vía Online.
Debbie te había mandado un montón de mensajes, decía de todo un poco. En algunos te preguntaba si estabas bien. En otros te confesó que Howard y ella te habían seguido el día que saliste con Randy —Lo cual te incómodo bastante, pero decidiste pasarlo por algo por el momento—. Y otros mensajes en donde Randy y Howard preguntaban si estabas bien.
Basta decir que no respondiste ninguno.
Bash de verdad creía que estabas de viaje. A pesar de que viven en la misma casa. Nunca sintió curiosidad por ver si de verdad te habías ido. Pero te abarroto el teléfono de mensajes llenos de insultos de porque te habías ido sin él.
Tu mamá estaba consciente de que no te habías ido. Venía de vez en cuando a ver si estabas bien. Pero respetaba tu espacio, lo cual agradecias para tus adentros.
Suspiraste, cansada por el aura de indiferencia que te rodeaba en tu cuarto.
Necesitabas un cambio de ambiente.
Quería a sentir algo. Sentirte viva.
Te decidiste.
Parandote de tu cama, sin cambiarte el pequeño short rosa con estampado de rosquillas y la camiseta blanca casi transparente de tirantes. Te pusiste tu máscara negra y tu cuerpo fue acogido por tu traje de Kunoichi.
Dejaste tu cuarto atrás, llegando al balcón de tu habitación y sintiendo el aire fresco chocar contra tu rostro.
Te acercaste a la barandilla que te protegía de caer catorce pisos. Lentamente te paraste sobre esta y caminaste sin perder el equilibrio.
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Detrás de la máscara. Estas Tú. [RC9GN X Reader]
Hayran Kurgu-Randy . . . -¿Si, ________? . . . -Me gustas ❤ . . . -¿¡Cómo, Cuándo, Que?!