❝ juega limpio. ❞
❝ me cansé de jugar limpio. ❞
･.｡.:*･ ella se preguntaba si había alguien
dispuesto a aceptarla a pesar del poder
con el que estaba maldecida. mientras él
tenía los colmillos y las garras y todo lo
que pedí...
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ACTO UNO, CAPÍTULO CUATRO de vuelta a los 90
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DESCUBRIR QUE ESTAS LLENA HASTA EL BORDE con magia acumulada era una cosa. Pero seguir yendo a la escuela y fingir que todo estaba bien era muy diferente. Aunque esa bebida era repugnante y casi la hizo vomitar, Andi tuvo que admitir que hizo las cosas más fáciles cuando entró a la escuela al día siguiente. No escuchaba ninguna voz en su cabeza, excepto por los chicos ruidosos en el pasillo. Incluso cuando estaba en la clase de educación física en una habitación llena de gente, las voces amortiguadas lograron permanecer en silencio. Todo lo que podía escuchar eran personas hablando entre ellos mientras esperaban su turno para escalar la pared de roca que se había instalado en el gimnasio.
El cabello teñido de Andi estaba recogido en una coleta suelta para mantenerlo alejado de su rostro y llevaba un par de leggins negros y una camiseta sin mangas rosa sandía. Observó la pared mientras ajustaba el arnés y comenzaba a trepar. A mitad de la pared, el chico que estaba a su lado estaba ganando velocidad mientras ella alcanzaba la siguiente piedra. El chico ya estaba bajando cuando ella pudo levantarse. Colocó su pie izquierdo en otra piedra pero resbaló y perdió el equilibrio sobre ambos pies. Ambas piernas colgaban mientras sostenía dos de las rocas sobre ella. Podía escuchar a algunos de los otros estudiantes reír mientras ella luchaba por recuperarse y seguir adelante. Finalmente llegó a la cima y cuidadosamente bajó al piso para que los otros chicos pudieran tener su turno.
Un chico pálido con el cabello rapado y una chica con el pelo rubio desordenado fueron llamados a la pared de roca y Andi se quedó al margen con los brazos descansando a los lados. Realmente no estaba prestando mucha atención hasta que escuchó una respiración entrecortada y vio a la rubia entrar en pánico antes de que pudiera llegar a la mitad de la pared.
—¡Erica! ¿Estás mareada? ¿Es vértigo? —Preguntó el entrenador mientras todos miraban a la chica cuando estaba a punto de tener un ataque de ansiedad en la pared de roca.
