El día en que _______, tomaría un vuelo para volver a Londres, no fue fácil para Regulus. Tenía miedo de no volver a verla, pensando en las posibilidades que la llevarían a tomar la decisión de no regresar, pero confiaba en ella y en el amor que se tenían. Así que la acompañó al aeropuerto y ocultó su nerviosismo, ofreciendo su apoyo incondicional.
— Olvidé mi anillo en tu casa.— Lamentó preocupada, al no verlo en su mano, cómo siempre.
— Ahí estará cuando vuelvas.— Dijo para tranquilizarla. — Por favor, considerala tuya también.— Le suplicó, ligeramente angustiado.
— Te amo, Reg.— Se besaron apasionadamente, sin importarles si incomodan a las personas a su alrededor.
— Yo más, mucho más.— Confesó cuando se separaron. En seguida ella revisó la hora, era tiempo de despedirse.— Cuando vuelvas, estaré aquí para recibirte.— Se abrazaron con fuerza.
— No quiero irme.— Murmuró con la voz quebrada, odiaba no haber pasado suficiente tiempo con él, aunque nunca tenían suficiente de ellos.
— Debes hacerlo, todo saldrá perfecto.— La animó, pues en el fondo, sabía que era lo mejor.
— Bien, te extrañaré.— Volvieron a unirse en un beso largo y Regulus tuvo que obligarla a terminarlo, era hora de que se fuera.
— Cuídate.— Susurró, mientras la veía alejarse.
Durante el vuelo, ________, pensaba en que le diría a sus padres, estaba segura de que le creerían, pero dudaba que comprendieran que estaba dispuesta a dejar todo por estar con Regulus, cuando hasta a ella le parecía una locura.
Las horas pasaron rápido y cuando menos lo esperaba, se escuchó el mensaje del piloto anunciando que pronto aterrizarían. Después de recuperar su equipaje, salió a reencontrarse con su familia.
— ¡Querida!.— Su madre estaba alzando los brazos, para llamar su atención.
— Hola mamá, ¿Cómo están?.— La abrazó, feliz de verla otra vez.
— Bien, ¿Era cierto?.— Le preguntó curiosa, pues no había tenido noticias de su hija en el tiempo que estuvo en Alejandría, hasta que le avisó que volvería a casa. ________, asintió sonriendo ampliamente.— Pero ¿Cómo?.—
— No puedo decirte aquí.— Explicó en un susurro.
— Vamos, debes estar cansada.— Intervino su padre, quien tomo la maleta y fueron a casa.
Les tomó el resto del día, escuchar lo que ______, debía decir. Lo poco que podía contar de la historia de Regulus, lo que sintió al reencontrarse nuevamente con él, dónde y cómo fue. Dejó para el final, las decisiones que había tomado y la verdadera razón del porque estaba ahí.
Aunque sus padres, estaban tristes por su mudanza y lo poco que se verían desde ese momento en adelante, aceptaron que era su felicidad. Ya la habían visto sufrir y no estaban dispuestos a pasar por esa situación, otra vez.
Esa misma noche, le escribió al profesor Dumbledore, pidiéndole que se vieran para poder hablar de un asunto importante, casi enseguida recibió respuesta y un par de días después, se encontraron en una cafetería en el Londres muggle.
— Profesor.— Saludó educada.
— Me alegra verte, ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?.—
— No fueron vacaciones.— Admitió, un poco avergonzada por haberle mentido.
— ¿Es de lo que quieres que hablemos?.— Asintió y tomó una bocanada de aire antes de continuar.
— Puede pensar que estoy loca, pero Regulus... él está vivo.—
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𝙇𝙤𝙨 𝙈𝙚𝙧𝙤𝙙𝙚𝙖𝙙𝙤𝙧𝙚𝙨
Fanfiction¡Hola! Se que hay muchos como este, pero espero que aquí encuentres algo que disfrutes! :D Se trata de pequeñas historias paralelas, cada personaje tiene la suya. Ojalá puedas leer todos, pues trato de mantener una secuencia (Aunque a veces la ignor...