No me resistí a eso. Sentía un cosquilleo muy agradable mientras esa prenda iba descubriendo mi cuerpo. Al llegar el momento levanté los brazos,con delicadeza,y la camiseta se separó de mí, para ir a caer a la alfombra. Sentí sus dedos en mi espalda y un beso en la mitad de esta,casi llegando a la nuca.Temble en ese momento,
pero no por temor. Fue como si sus labios me hubieran dado una descarga de estática.Me abrazo desde atrás y sentí su pecho,revestido con aquella camisa blanca,contra mi piel. Fue una sensación breve,pero tranquilizante. Cuando me apoyé en él,mi piel se erizo. Ese era el momento en que aún podía echar pie atrás. Yo mantenía mis brazos cruzados,sobre mi busto, como la última resistencia a ese acto un tanto desatinado. Pero sus manos se abrieron un ágil pasó a través de ellos,para acariciar justo donde el sujetador dejaba un surco carmesí en mi piel.
No,no quería que se detuviera. Con cuidado me giré hacía él, para recortarme encima. Era tan estimulante estar desnuda sobre él,mientras permanecía vestido. Me hacía sentir frágil,sutil y hermosa,pues mi piel era fresca en comparación a la que Dai debía de tocar siempre. Un terreno por explorar que le ofrecia nuevos senderos.
Su mano derecha acariciaba mi espalda.Con la izquierda se quitaba la corbata, para después desabotonarse la camisa y señalarme su cuello. Lo ataque a besos mitad mordiscos que lo obligaron a tomar una posición más cómoda.
-Buena chica...-dijo al meter sus dedos entre mi cabello-Ve despacio. No hay prisa.
No,no había prisa,pero debajo de mi fachada escondo fuegos que nadie sospecha. Fuegos que su persona agitaba en un perfecto equilibrio. Él dijo que quería verme,yo estaba dispuesta a mostrarme. Pero ese espacio era demasiado estrecho por lo que termine arrodillandome sobre el sofá,entre sus piernas. Iba a sugerirle ir a la cama,pero su dedos en mis labios me callaron. Su pulgar recorrió el contorno de mi boca,para luego descender hasta mi barbilla y caer en mi pecho. Fueron sus nudillos los que descendieron,vertiginosos, entre mis senos y siguieron un lento camino hasta mi ombligo. Después de eso sólo sentí su cuerpo sobre el mío y su lengua en mi boca. No fue algo brusco. Como dije,con Dai todo estaba en un perfecto equilibrio.
Esa fue nuestra primera noche juntos. Una en que descubrí cosas de mí. Ninguna mala u osada,
pero si bastante reveladora. Disfrute sin remordimiento de las caricias de ese hombre. Le arrebató orgasmos y anhelos, mientras el me dió tácticas sutiles,pero capaces de someter a cualquiera si se empleaban bien. Fue distinto a lo que hasta ese momento había experimentado. Eso me dió miedo. No quería sentir más de lo que ya sentía.Al despertar lo hice sola. Era temprano. Me había bañado en la madrugada,mi piel estaba perfumada. Lo mismo la cama. Busqué su olor entre las sábanas y lo encontré,como también lo hice con un ramo de flores dejado sobre su almohada. Había una tarjeta allí que me pedía ir a la terraza al despertar. Me vestí, me puse un abrigo y salí hacía allá. Y ahí estaba. Esperándome en una mesa aislada,con un buen desayuno servido. Lindo gesto, como de una película,pero a mi me asusto demasiado. No quería enamorarme. No quería.
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Una vida de Cristal
FanfictionUn viaje en tren y un hombre con un café frío. Es una historia romántica sin nada en particular.