Eda:
- Entonces, ese es el plan- sonreí con picardía después de contar todo lo que había planeado para ayudar a Serkan con su recuerdos-
Era fácil y sencillo. Mi plan era hacerle revivir momentos volviendo a recrearlos. A ver, no era tan fácil ni sencillo, pero tenía todas mis esperanzas puestas en ello después de su confesión.
Cuando me susurró su sueño, que me tenía presente incluso sin saber si era real, fue el aliento que necesitaba para creer con certeza que aunque la mente de Serkan no me reconociese, su corazón seguía haciéndolo.- Eda, no descartamos que parezca un gran plan, pero si no recuerda nada de sí mismo no creo que puedas conseguir que recuerde sobre ti- Ceren no dejaba de tener razón, pero no iba a pinchar mi globo de ilusiones con tanta facilidad-
- Y eso también lo tengo en mente, no te preocupes, para mí lo más importante es él- y eso era verdad, prefería que Serkan recordase su vida a que supiese quién era yo-
- Dada... sabes que siempre te vamos a apoyar en todo, pero no quiero que te hagas demasiadas ilusiones con todo esto, quizás Serkan tenga que volver a empezar de cero, a crearse a sí mismo y a reconocerse... quizás no vuelva a recuperar su memoria.Dejé escapar un suspiro y asentí. También había pensado en la posibilidad de que eso pasase, y no puedo ser tan hipócrita de no reconocer que el hecho de que eso pudiese suceder no me dolería, porque lo hacía. Pero no era lo más importante, y no iba a rendirme en volver a estar su lado simplemente por eso. Quizás tendríamos que empezar de cero, tendría que conseguir que volviese a amarme, pero no me importaba, porque yo lo hago, amo a Serkan Bolat con toda mi alma.
- Sé que incluso si no me recuerda, estamos destinados a enamorarnos.
Serkan:
10 minutos han pasado desde que mandé un mensaje a Eda para avisar que había llegado a su casa. No reconocía el lugar y parecía ser un poco inseguro, cosa que me preocupaba, no quería que Eda estuviese desprotegida.
- ¡Ya voy!- la escuché mientras habría la puerta de su casa, sonriendo de oreja a oreja. Creo que jamás me acostumbraré a su sonrisa-
- Buenos días, Eda- levanté la mano para saludar y me sentí un poco ridículo con el gesto-¿Qué tenía que hacer? ¿Bajarme del coche y abrirle la puerta? ¿Darle dos besos en la mejilla? Por suerte no me estaba prestando la suficiente atención para ver como mi cabeza giraba intentando encontrar el movimiento adecuado, ella se adelantó entrando en el coche, tan llena de energía que lo envolvió todo.
- Buenos días, Serkan Bolat- estaba radiante, brillante. Todo en ella era alegría y me hacía querer sonreír con vehemencia- Veo que ya has conocido a nuestro niño- acarició la carrocería del coche-
- Creo que ha sido amor a primera vista... aunque me cuentan que lo has tratado de la mejor manera posible- observé como una arruga se formaba en su frente-
- Lo he hecho, pero ahora que caigo en la cuenta... - apretó un botón y el coche comenzó a abrirse- Lo primero que tienes que saber de mí, Serkan Bolat, es que si el cielo está despejado siempre, pero siempre, voy a querer sentir el viento contra mi piel.Asentí con la cabeza, sonriendo. Pronto Eda comenzó a dirigirme por las calles de Estambul, señalando lugares, comentando sobre restaurantes a los que deberíamos ir a comer, sitios por los que teníamos que pasear. Realmente quería hacer todas esas cosas de las que me hablaba solo por seguir viendo la ilusión en su cara. De verdad que quería recordar todas las veces que la vi sonreír.
- Entonces... ¿a dónde nos dirigimos?- la verdad es que hasta el momento no me había molestado en preguntar, simplemente sentía la intensa necesidad de pasar tiempo a su lado-
- Verás... en cierto modo, te voy a llevar a mi casa- de pronto parecía tímida- Bueno, a nuestra casa, solo que no hemos convivido juntos allí, tú antes que yo sí, pero después... - su voz se apagó, y no dijo la palabra-... entonces yo me instalé allí hasta ahora.
- Oh- fue lo único que pude pronunciar, y seguí conduciendo en silencio-