ONCE

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Serkan:

No era de sorprender que mi amigo me mirase con sorpresa después de lo que había dicho, incluso a mí me había sorprendido la idea hace dos semanas, pero cada día que pasaba estaba más convencido de que eso era lo que quería. ¿Por qué perder más tiempo? Una vez estuve a punto de dar el paso por elección propia, y ahora lo deseaba con más ganas incluso.

Quería casarme con Eda.

- ¿Pero ella lo sabe o lo has decidido tú solo?- a veces me gustaría poder matar a Engin. Las aletas de mi nariz se ensancharon y alcé las cejas-
- Claro que no lo sabe, Engin- susurré con enfado contenido- Mi plan es pedirle matrimonio de una manera más espectacular que la anterior, por eso mismo quiero que me cuentes como fue…
- Es que fue Eda la que se te propuso- fruncí el ceño. Eso tenía sentido, era muy de Eda tomar la iniciativa- Después tú tocaste el piano para ella y se lo pediste también, pero vamos… tampoco es que sepa mucho más, siempre has sido muy reservado con tus momentos a su lado.

Al menos ahora tenía una ligera idea de lo que había hecho, y me sorprendió saber que podía llegar a ser tan romántico. No es que ahora no lo fuese, simplemente me limitaba en muchas cosas porque sentía que tenía una reputación que mantener frente a mis empleados. Al parecer eso no le importó al antiguo Serkan Bolat.

- ¿Sabes quién te puede ayudar con todo esto?- negué con la cabeza, tecleando en el ordenador un correo urgente- ¡Melo!

Detuve el tecleo y lo miré, definitivamente mi amigo había perdido la cabeza. Si hay algo que he descubierto con el paso de los días es que Melek tiene una extraña debilidad por mí y que es incapaz de mentir o guardar un secreto. La opción de acudir a ella en busca de ayuda estaba muy lejos de hacerse viable.

- No, nada de eso, tienes que ayudarme tú porque cualquiera de las amigas de Eda no se va a poder resistir a decirle lo que quiero hacer- negué con la cabeza repetidas veces- En todo caso podemos pedir ayudar a Piril... pero con el tema del embarazo no sé si podrá no emocionarse cada vez que vea Eda al saber lo que va a suceder.
- ¿Y una cena romántica? Velas, vino, música en directo... esas cosas que salen en las películas- dijo Engin totalmente perdido, esto iba a ser más difícil de lo que imaginaba-
- Engin… vete a tu oficina, piensa un poco y cuando realmente tengas una idea que pueda aportar algo, vienes a contarmela- mi amigo salió de la sala de reuniones refunfuñando debido a mi mal carácter al mismo tiempo que mi novia entraba-

El simple hecho de verla y de que su olor invadiese la estancia fue suficiente para calmar mis nervios, de golpe parecía que estaba flotando y no pude hacer otra cosa que sonreír, mirarla y dejar de teclear en el portátil. Ella se acercó a mí dando pequeños saltitos y dejó un corto beso en la punta de mi nariz.

- Buenos días- susurró con dulzura. Esta mañana tuve que levantarme antes de lo previsto para una reunión y no quise despertarla ya que ella no tenía que estar presente- La próxima vez prefiero que me avises antes de irte, no importa que me desvele- puso los labios en forma de puchero y yo reí-
- Lo tendré en cuenta, pero no prometo nada, te veías demasiado tranquila mientras dormías- cerré el portátil y me impulsé un poco hacía atrás con la silla, dejando el espacio suficiente para que pudiese sentarse entre mis piernas-
- ¿Qué tal ha ido la reunión?- ahora su lado profesional chocaba con las caricias que dedicaba a los pelos de mi nuca mientras se acomodaba entre mis piernas-
- No puedo decir que mal pero tampoco del todo bien, el cliente es muy exigente y quiere el proyecto en un tiempo muy corto, no sé si debo comprometerme con algo para lo que no me siento del todo preparado-coloqué un beso en su barbilla-
- No digas eso, claro que lo estás- sus ojos brillaban, llenos de alegría- Y nos tienes a todos nosotros para ayudarte en lo que necesites, aunque no nos necesitas en absoluto.

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